Voltaire
Ciertas composiciones, como el
Poema de Fontenoy (1745), le acabaron de introducir
en la corte, para la que realizó misiones diplomáticas ante Federico II. Luis XV le
nombró historiógrafo real, e ingresó en la Academia Francesa (1746). Pero no logró
atraerse a Mme. de Pompadour, quien protegía a Crébillon; su rivalidad con este dramaturgo le llevó a intentar desacreditarle, tratando los mismos temas que él:
Semíramis
(1748),
Orestes
(1750), etc.
Su pérdida de prestigio en la corte y la muerte de Mme. du Châtelet (1749) movieron a
Voltaire a aceptar la invitación de Federico II. Durante su estancia en Potsdam
(17501753) escribió
El siglo de Luis XIV (1751) y continuó, conMicromégas (1752), la
serie de sus cuentos iniciada con
Zadig (1748). Después de una violenta ruptura con
Federico II, Voltaire se instaló cerca de Ginebra, en la propiedad de «Les Délices»
(1755). En Ginebra chocó con la rígida mentalidad calvinista: sus aficiones teatrales y
el capítulo dedicado a Servet en suEnsayo sobre las costumbres (1756) escandalizaron
a los ginebrinos, mientras se enajenaba la amistad de Rousseau. Su irrespetuoso
poema sobre Juana de Arco,
La doncella (1755), y su colaboración en la
Enciclopedia
chocaron con el partido «devoto» de los católicos. Frutos de su crisis de pesimismo
fueron el
Poema sobre el desastre de Lisboa (1756) y la novela corta
Candide (1759),
una de sus obras maestras. Se instaló en la propiedad de Ferney, donde Voltaire vivió
durante dieciocho años, convertido en el patriarca europeo de las letras y del nuevo
espíritu crítico; allí recibió a la elite de los principales países de Europa, representó sus
tragedias (
Tancrède
, 1760), mantuvo una copiosa correspondencia y multiplicó los
escritos polémicos y subversivos, con el objetivo de «aplastar al infame», es decir, el
fanatismo clerical.
Sus obras mayores de este período son el
Tratado de la tolerancia (1763) y
el
Diccionario filosófico (1764). Denunció con vehemencia los fallos y las injusticias de
las sentencias judiciales (casos de Calas, Sirven, La Barre, etc.). Liberó de la gabela a
sus vasallos, que, gracias a Voltaire, pudieron dedicarse a la agricultura y la relojería.
Poco antes de morir (1778), se le hizo un recibimiento triunfal en París. En 1791, sus
restos fueron trasladados al Panteón.
El libro las Cartas filosóficas de Voltaire recoge las epístolas en las que el autor hace
un elogio a la Inglaterra del siglo XVIII en aspectos tanto religiosos como políticos e,
incluso,filosóficos y humanísticos. Un total de 25 cartas forman esta obra de la cual, la
última parte está dedicada a hacer una crítica de los pensamientos de Pascal, filósofo
religioso del siglo XVII. Estas epístolas las podemos dividir en religiosas, políticas,
filosóficas y científicas, y por ultimo, en humanísticas. Se podría decir que todas las cartas que escribe Voltaire tienen una nexo de unión, que
es la defensa de la libertad del ser humano en poder elegir (sobre todo en el aspecto
religioso). Dice que en este sentido Inglaterra tiene un grado muy superior al de
Francia, donde todavía la iglesia cristiana tiene gran poder y toda la población tiene que serle fiel. Pero no solo sobresale en este aspecto, sino que, según Voltaire, Inglaterra
estaría mucho más desarrollada porque tiene decenas de religiones y todas ellas
respetadas; porque ha adoptado medidas muy positivas, como la inserción de la
viruela; porque ha dado grandes filósofos y científicos y, en definitiva, porque ha estado
capaz de hacer libre a su población, ofreciéndole el poder de decidir por sí misma en ...
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