Voluntad de ganar
Manuel Díaz Alonso 1º CAFYD B1
Resumen
Durante toda la vida, nos esforzamos para triunfar, esto se debe a que descendemos de una raza que tuvo que sobrevivir a base de luchar y competir por todo. Hoy en día ese instinto de competición sigue vivo en nosotros ya que incluso antes de nacer ya luchamos en interés propiopuesto que el feto es capaz de subirle la presión arterial a la madre para conseguir mayor cantidad de alimento.
Siempre que dos sujetos de la misma especie compiten entre sí, la mínima ventaja natural puede ser fundamental para la victoria.
La competitividad no solo se da en humanos, sino también en animales, por ejemplo los cerdos se valen de su peso cuando son recién nacidos para forcejearcon sus hermanos y hacerse con las mejores mamas, ganando más peso para hacerse más fuertes. Los niños, en cambio no recurren a la fuerza física para atraer la atención de su madre, sino que emplean otras técnicas como el llanto en caso del menor y el buen comportamiento en caso del mayor.
Un estudio realizado a 120000 personas reveló que la conducta instintiva para llamar la atención adoptadapor los hijos menores, puede permanecer de por vida, siendo más probable que desafíen las convenciones y se revelen a la autoridad.
Nuestro organismo ha evolucionado de tal forma que disfrutamos la experiencia de la victoria todavía más que cualquier animal. Cuando presentimos que el triunfo se acerca, el cerebro y el cuerpo trabajan en armonía, haciendo la victoria placentera, cuando estoocurre, nuestra vista y nuestros reflejos se agudizan y una vez la victoria es un hecho obtenemos plena gratificación. Pero la victoria no es solo una sensación, se trata de química: cuando ganamos liberamos dopamina, que es una sustancia química que nos produce bienestar, después, las endorfinas combaten el agotamiento, bloquean el dolor y nos hacen sentir eufóricos. La adrenalina y la testosteronaaceleran nuestra recuperación.
No siempre estamos compitiendo, porque sería agotador, por eso sabemos cuándo elegir nuestras batallas y competimos cuando existe una buena posibilidad de victoria. Normalmente evaluamos instintivamente a otro sujeto por su forma de actuar y sus rasgos faciales. Tendemos a considerar unas caras más dominantes que otras y está demostrado que tener rasgos facialesdominantes no hace que triunfes, pero si ayuda y eso es porque nos basamos muchas veces más en el instinto que en la lógica.
Mucha gente piensa que la felicidad está en “estar en la playa tumbados con un cubata en la mano” pero muchas veces la felicidad se encuentra en superar retos y triunfar. Perder nos sienta mal, y como ganar, no es solo una sensación, es química: cuando sentimos queperdemos, empezamos a perder dopamina y endorfinas y hace que nos sintamos peor, después liberamos cortisol, la hormona del estrés, que con la adrenalina nos hace sentir nerviosos y si la derrota es brutal recordamos la derrota para siempre.
Todos estamos preparados para no perder la imagen; cuando nos ocurre algo embarazoso siempre estamos atentos a ver quién nos observa creyendo que todo el mundonos mira.
Hace millones de años conservar la reputación social fue fundamental para el desarrollo del ser humano. Pero esta capacidad cerebral para establecer estas relaciones sociales nos viene de la introducción de la carne en nuestra dieta. Esta capacidad nos hace ser supercompetidores y ser capaces de ponernos en la piel del otro (a partir de los 3 años). También nos convierte en un enemigoformidable.
Opinión Personal
Yo me he considerado siempre una persona muy competitiva, desde que era pequeño me sentaba muy mal la derrota y después de haber visto el vídeo entiendo muchas de las sensaciones que se experimentan al perder. También es verdad que yo siempre he sido más feliz jugando un partido de fútbol o de tenis que estando en una tumbona con un refresco en la mano y sin nada...
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