volver al origen

Viajar al origen, volver a casa, deshacer los pasos en la dirección contraria: mil millas hacia
el norte, mil millas hacia el sur. Pero volver intacto. Intacto por fuera. Todo viaje tiene unprecio, ya sean rasguños, dinero (mal)gastado, quemaduras por la sobre-exposición al sol o
por los nuevos recuerdos que se almacenan en una pequeña zona del cerebro y que
desplazan hacia la memoriaprofunda otros que en su momento fueron vívidos y preciados
para nosotros.
No hace falta ser rico para viajar, con ser un poco valienta basta. El mundo a nuestros pies
a un clic de distancia. Low cost.La revolución, dicen. No hace falta salir de casa para viajar,
con un poco de imaginación basta. El mundo a nuestros pies a un clic de distancia. World
Wide Web. No es lo mismo, dicen.
Hace añosfuimos a un pequeño pueblo del norte. Estaba abandonado, no quedaba nadie. Mi
padre se empeñó en llevar las cañas de pescar. Pero en aquel agua no había peces. Dimos
una vuelta por el pueblo, todas lascasas estaban tapiadas, la fábrica cerrada y a lo lejos
una pareja de ancianos estaban sentados en unas sillas. Nos pusimos a hablar con ellos, nos
contaron la historia de aquel pueblo, ellos eranlo único que quedaba. Después de que la
fábrica cerrase no quedó nadie. Salvo ellos. La mujer tenía en sus manos un montón de
llaves, nos contó que eran las de todas las casas, por si alguien estabainteresado en
comprarlas, ellos las enseñaban. Cientos de años reducidos a una fábrica cerrada, un río sin
peces, un par de ancianos y un montón de llaves viejas. Probablemente ahora ya no quedenada de aquello, apenas el recuerdo sobrevive al paso del tiempo.
Hoy volver a casa se hace más duro que ayer y lo será menos que mañana. Las calles no
cambian, los rostros de la gente siguen siendoen su mayoría los mismos, más solos o más
acompañados, con unos kilos de más o de menos. Pero todo sigue exactamente igual que
cuando me fui.
Siempre bromeo con los viejos amigos con que cada vez...