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Esta historia transcurre entre una fuga y un desencuentro.
La tarde se acercaba en el cielo, pero la noche en casa ya hacía llegado y comenzaba a opacar la luz de sus sonrisas. Nuevamente, el padre, regresaba en la tarde plagado de un espantoso hedor a alcohol. Los hermanos Galindez eran víctimas del desahogo de su padre que amainaba su soledad en copas y botellas que luego, ambos, él, y ella,tenían que pagar. La muerte de su madre, terminó por acabar con ese hombre que había quedado a cargo de dos jóvenes, ella de dieciséis, él, de ocho.
Todos los días era la misma historia, él dueño de familia casi no generaba ingresos y estaba metido en algún que otro robo. Ambos hermanos debían arreglárselas como podían para vivir, ella se las arreglaba para hacer alguna que otra cosa paravender, su hermano, era quien los vendía. Si hubiera estados ellos dos, en sus propias miserias habrían sobrevivido. Pero no, el padre estaba destrozado, y quería destrozar, quería calmar su corazón desquitándose con lo que tuviera en frente. Las tardes pasaban, a veces venían acompañada de algún cinto, otras, de una mano, pero pasaban, y cada día se hacían más insoportables, cada vez debían dedesdoblar más sus esfuerzos. Nadie prestaba atención a sus lamentos, no había nadie de azul que los acompañara, a veces ni su propio cielo, que a la hora de trabajar los solía escupir con agua y viento.
Hasta que un día, en ese tan frecuente cielo gris, una haz de luz acompañado de esperanza llegó a puerta de los hermanos, que ya habían pensado en la fuga.
Un hombre de estatura alta, barba rubia,de sonrisa cordial, y acento local, vino a anunciarle a ella, que en córdoba se estaba solicitando trabajo para cuidar ancianos, que su edad era la requerida para esto, que primero, solo le darían la comida, la casa, y unos pocos pesos, pero luego, si rendía en su puesto, la trasladarían a un lugar más grande, con mayor dinero, que después de un tiempo, podría llevarse a su hermano. La jovenciega de entusiasmo aceptó la propuesta de aquel extraño hombre que le inspiraba confianza y salvación. Le pidió un día para prepararse, no necesitaba el consentimiento de ese inexistente padre. No haber ido a una escuela tenía sus contras.
_ Hermano, me voy, me ha salido una propuesta. Me prometieron que me darán un sueldo suficiente para vivir los dos, pero debo rendir un tiempo. Ahora, solo medarán la comida y un pequeño hogar que compartiré con otras compañeras. Lo poco que reciba, te lo haré llegar hasta ti, aunque muera de hambre. Si padre pregunta, no sabes nada, yo le dejaré una carta en la que le aclararé que me he ido, y que tú no sabes nada. El sobre con dinero que mandaré todos los meses, lo recibirá mi amiga Claudia, ella te lo dará a ti.
_ Te extrañaré hermana. Pero antes deirse, ella, hizo algo que su hermano jamás hubiera esperado. Con una tijera, corto todo su pelo, ese que mientras su madre estaba viva, tanto había cuidado, ese que peinaba diariamente, ese que iluminaba las calles cuando todo estaba oscuro, ese que al tocarlo podía hacerte sentir el mismo terciopelo, aunque ninguno de los dos supiera que significaba éste, ese que hasta su mismo hermano intentóque no cortara.
_ Tómalo, véndelo, seguramente con esto sacaras lo suficiente para vivir hasta que yo te mande mi primer sueldo, que no lo vea papá, no quiero que esto se transforme en golpes para ti.
El colectivo salió de su villa en la que habitaba antes en busca de un nuevo destino, de una nueva vida.
En el colectivo lo único que hizo fue pensar, aunque gran porcentaje de este estabadedicado al hombre que le había ido a proponerle el trabajo. ¿Por qué a ella? ¿ habrá visto algo que no vio en otras? ¿debía sentirse especial por ello?
Al llegar, la esperaba el mismo muchacho, en la terminal de córdoba, nuevamente con esa sonrisa que hacía sentir rara a la joven, como cuando su estomago tenía cosquillas por las noches sin comer, esto era parecido, pero muy distinto. El hombre...