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The Walking Dead hizo posible lo que desde hace tiempo debió ocurrir: que el subgénero de terror audiovisual zombi fuera reverenciado por la crítica y los académicos, un sector, que a diferencia del público, no le daba la prestancia que merecía a estos seres menos que humanos.
Esta serie de televisión, cuyo estreno mundial desu sexta temporada es hoy domingo en América Latina (simultáneo con Estados Unidos), alcanza cuotas de calidad que pocas veces este segmento de la ficción ha conseguido y que muchos marginan a la Serie B.
Este programa, por fin, ha elevado a los zombis al mismo nivel de respetabilidad que otros íconos de la literatura y el cine de terror, que ya pertenecen al imaginario de la cultura pop,como losvampiros, los hombres lobos, la momia y los fantasmas.
Ya no son solo tipos tontos y torpes que andan por allí, sino que ahora sirven como un puente para presentar la tragedia de existir y lo hacen sin sensacionalismos desagradables ni morbos gratuitos.
APOCALIPSIS ZOMBI
The Walking Dead es heredera de programas que han llamado a los zombies a convertirse en estrellas invitadas o principales,como Expedientes Secretos X ( The X-Files), Dr. Who, The Night Strangler, Supernatural, Dead End Days y Les Revenants.
Aunque fue el maestro George Romero quien sentó las bases referenciales de esta clase de producciones con títulos indiscutibles como La noche de los muertos vivientes (1968), en los que jugó con las reglas del falso documental con la ficción más desbordante, más grandes dosis decrítica social y mensajes en contra de los modelos de consumo y el materialismo de la sociedad contemporánea, en medio de regueros de sangre, cuerpos derruidos por doquier y autómatas que no se cansan de andar de caza.
En vez de crear innovaciones a partir de la contribución de Romero al género, muchos directores, productores y guionistas de Hollywood cayeron en imitar y copiar al cineasta en vez dedeconstruir las historias sobre esos seres que tienen infinita hambre por la carne humana.
Si bien una de las fortalezas del género es realizar filmes audaces de bajo presupuesto, lo que lo hermana de alguna manera con el cine independiente, no es excusa para que una destacada cinta de este tipo tenga bajísimos valores de producción o transmita una imagen intencionalmente de pobreza en su factura.Por encima de la media de esas producciones, en torno a personas que para acabarlas hay que dispararles en la cabeza, sobresale la magnífica The Walking Dead.
Su estructura argumental y sus contenidos siguen la estela dejada por George Romero, en cuanto a que es un estudio de la naturaleza del hombre en circunstancias de peligro extremo y su lucha permanente por ganarle terreno a la muerte y a lodesconocido.
Esa es la razón por la cual los caníbales sin cerebro de The Walking Dead se parecen a los de Romero: de caminar lento, no hablan, ni piensan y siempre están al acecho, lo que causa ansiedad e inquietud.
‘FANS’ DESCONCERTADOS
Los puristas del consumo zombi en ocasiones se quejan de que debería haber mayor presencia de estas criaturas en los episodios de The Walking Dead, sin enterarsede que esos cuerpos en estado de descomposición son el pretexto dentro de la trama para analizar el comportamiento de las personas sanas en sus cuerpos, pero enfermas por dentro debido a la maldad, el odio, la envidia, el egoísmo, la ira, la frialdad, el rencor y la venganza que les envenena el alma, y que por ello son capaces de los actos más despreciables en nombre de seguir con vida.
Ese mismosector de fans quiere gore en dosis enormes, o sea, más escenas espeluznantes y más momentos estremecedores gracias a vísceras y sangre por doquier, elementos del cine zombie tradicional que después retomaron las sagas de Hostel y Saw, películas que paulatinamente fueron cayendo en ofrecer cada vez más violencia gráfica y desnudos sin una justificación adecuada en sus guiones.
Esa misma...
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