wanda pelotuda
Es ya un lugar común que los adultos de mi generación critiquemos a nuestros adolescentes por el uso indiscriminado y para mi gusto abusivo del apelativo "boludo" o "boluda". Sin embargo, no hemos hecho más que criticarlos en lugar de abocarnos a analizar las causas de este uso tan extendido entre nuestros jóvenes de la palabra "boludo" o"boluda" como mero apelativo para convocar al par. Y mucho menos nos hemos preocupado por medir las consecuencias que todos los argentinos hemos sufrido, sufrimos y sufriremos por la banalización de este querido vocablo que nos ha representado y nos representa hoy en todo el mundo, y que está casi a la altura de un Borges, un Piazzolla o un Maradona.
Concordarán conmigo en que, cuando nosotros,los que estamos arañando los cincuenta, éramos adolescentes, también teníamos nuestros propios vocativos. "Loco", "flaco", "hermano"... eran algunos de los motes que usábamos para llamarnos entre nosotros. ¿Alguien recuerda el enojo de nuestros padres cuando nos escuchaban hablar de "ese" modo? ¿O cuando cantábamos "Cocaine" a voz en cuello arrebatados por la música y la comunión de estar entreamigos?
Mi mamá, por ejemplo, se enojaba cuando decía "¡Qué bronca!" y entonces me corregía diciéndome: "Nena, no se dice ¨qué bronca¨, se dice ¨qué fastidio¨". Yo me imaginaba diciendo "qué fastidio" en alguna de las reuniones de entonces y me reía de sólo pensar en las caras que pondrían mis amigos y mis amigas ante semejante alocución.
¿Es casual que uno de los vocativos que más usaba nuestrageneración fuera el de "loco"? Si lo pensamos un poco, el vocativo "loco" tenía su razón de ser. Éramos los herederos de la generación hippie, de la generación que cambió los modos de mirar el mundo y que privilegió el amor por sobre todas las cosas, que revolucionó el concepto de familia y pregonó la libertad sexual. ¿Quién de nosotros no estaba orgulloso de "estar un poco loco" en una sociedadahogada en estructuras y deberseres?
No era, pues, tan "loco" que nos llamáramos "loco", "loquito", "loca", "loquita" y nos vistiéramos con largas polleras y sandalias franciscanas, con vinchas de flores naturales y túnicas de bambula teñida al batik. Nos vestimos como ellos aunque no éramos ellos porque estábamos orgullosos de su revuelo social. Y así vestidos, militamos el "hagamos el amor yno la guerra" e hicimos política porque sabíamos que el mundo no podía seguir siendo tal como era, no podía seguir funcionando tal como estaba.
Muchas veces hemos dicho en este espacio que el lenguaje no es para nada inocente y los modos en que los jóvenes de las diferentes generaciones se han llamado a sí mismos no son nunca meramente casuales. Si bien los apelativos terminan siendo solamenteeso: apelativos, nunca pierden el sentido original de la palabra o las palabras que lo forman. Tal vez, y sólo tal vez, nos llamábamos "loco" o "loca" porque en nuestra generación hubo muchos "locos" y "locas" que dieron la vida por un ideal, porque otros "locos" con sandalias o "locas" semidesnudas cantaban "Libros sapiensales" o "Jugo de tomate frío" en la playa bajo la luna, en lugar detrabajar o de estudiar y porque muchos "locos" le dijeron "no" al casamiento, "no" a las normas, "no" a la hipócrita sociedad.
Y ahora me pregunto qué fue lo que hizo que los adolescentes de hoy en día (pero también los de la década del 90) se llamaran uno a otro "boludo" o "boluda". ¿Qué hizo que inconscientemente se vieran a sí mismos de ese modo? ¿Será que entre nuestra generación y la siguienteocurrió una dictadura feroz que apuntó a aniquilar la inteligencia, la rebelión, las ganas de volar? ¿Será que esa matanza no sólo asesinó cuerpos e ideas sino que, además, asesinó a la "locura" para que la "boludez" tuviera el terreno libre en las jóvenes mentes de nuestros jóvenes adolescentes? ¿O será que el "boludo" no es más que una maniobra de rebelión juvenil inconsciente contra el lenguaje...
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