XiuHan

XiuHan
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Xiumin sale del vestuario algo apesadumbrado. Hoy no lleva un buen día, el ensayo no le ha salido
todo lo bien que quisiera. Tienen la tarde libre, y no tiene demasiadas ganas de salir, pero al final
terminarán arrastrándole, como siempre.
Al girar la esquina está Luhan entrando al ascensor. Queda un trechodel pasillo, y lo mismo
acelerando un poco llega y no tiene que esperarlo. No le hace especial ilusión, después de lo que
pasó la semana pasada. Se lo piensa un instante, pero las ganas de salir del edificio le pueden.
– ¡Espera!
Acelera un poco y atraviesa a la puerta en el mismo momento en el que Luhan quita la mano
del sensor del lateral. Suspira y le dedica un intento de sonrisa y un 'gracias'escondido entre
dientes.
– ¿Bajas?
– Si, supongo...
Luhan pulsa el botón del bajo y se deja caer contra la pared del fondo, acomodándose. Xiumin
por su parte permanece estático en exactamente el mismo sitio y posición, lanzando una mirada
de soslayo al marcador del ascensor, que en rojo brillante va descendiendo los pisos conforme
pasan los segundos.
Un pequeño pestañeo en la luz principal y elascensor se detiene con un golpe un poco brusco,
haciendo tambalear a sus ocupantes. La luz de emergencia tiñe la estancia de naranja,
perezosamente.
– Venga...- Xiumin suspira pesadamente. Que sea una broma de mal gusto y tarde otros 5
segundos en encenderse de nuevo, en bajar, y en dejarle salir de allí.
Se lleva muy bien con Luhan, quizás demasiado. No le gusta nada la idea de quedarse encerradocon él ahí, desde la semana anterior ha estado evitándole un poco, se siente incómodo y huye en
cuanto tiene ocasión. Tao le ha mirado en más de una ocasión con una de esas miradas que
preguntan '¿qué pasa?', pero él se ha contentado con encoger los hombros y seguir a sus cosas
como si nada.
Pulsa insistentemente el botón de emergencia y prueba a coger el teléfono, pero traquetea
como si estuviesefuera de cobertura y no se escucha nada al otro lado. Por el rabillo del ojo, ve
que Luhan se ha sentado contra la pared y se entretiene en jugar con su móvil.
El pequeño mira la pantalla oscura de su móvil con relativo interés. Xiumin lleva la semana
evitándole y está un poco cansado ya. Le molesta su actitud, como si fuese un crío de 10 años al
que no le han invitado a un cumpleaños. En losensayos apenas habla con él, y en cuanto acaban
sale disparado por la puerta como un resorte. Le mira con relativo interés cuando empieza a dar
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@LasNiOjosAzules

XiuHan
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vueltas por el ascensor como un león enjaulado.
–

Siéntate, no quedamás que esperar...

El baozi suspira resignado y toma asiento, mascullando algo entre dientes. Luhan le mira, la
incertidumbre le está carcomiendo, así que decide preguntarlo directamente, a expensas de
conocer la respuesta.
– ¿Te pasa algo conmigo?
– No. ¿Debería?
– Me evitas desde el otro día...
– No es verdad.- Un poco receloso
– Yo diría que sí.
– Dí lo que quieras, pero no es verdad.- El orgulloaflora, en un tira y afloja mental que le está
costando la vida.
– No te disgustaría tanto que nos besáramos si correspondías.- La bomba cae de forma
desgarradora sobre Xiumin, que contesta de forma casi inmediata.
– Déjalo, no quiero hablar de eso.- El vello de su nuca se ha erizado. No ha podido evitar
acordarse de aquella tarde.
– Pues nada, nos quedaremos callados.
– Mejor.
El coreano vuelvea levantarse, y utiliza de nuevo la estrategia de dar vueltas en el poco espacio
que hay en el ascensor, sin acercarse al chino más de lo necesario. Se muerde las uñas
inconscientemente, y evita a toda costa mirar al pequeño, que vuelve a jugar con el móvil con
relativo interés.
– Te regañarán por comértelas.- Luhan lo comenta distraídamente. Ni siquiera le está
mirando, pero el ruidito de los...