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NO. 2978
SERMÓN PREDICADO LA NOCHE DEL JUEVES 16 DE SEPTIEMBRE DE 1875 POR CHARLES HADDON SPURGEON EN EL TABERNÁCULO METROPOLITANO, NEWINGTON, LONDRES, Y PUBLICADO EL JUEVES 8 DE MARZO DE 1906.
“Has luchado con Dios.” Génesis 32: 28. Los hombres tienen en muy alta consideración a cualquiera que ostente poder con la realeza. Si yodijera, en relación a cualquier persona aquí presente: “Ese individuo tiene gran poder con la reina”, muchísimos de ustedes se voltearían de inmediato para ver a esa persona. Quien tiene un gran poder con algún príncipe terrenal, puede estar seguro de que tendrá muchos aduladores a su alrededor, que le rendirán homenaje por causa del beneficio que esperarían obtener a través de su mediación. Pero,queridos amigos, ¡qué mayor honor es todavía tener poder con el Rey de reyes! El poder con los hombres podría ser algo malo, pero, ¡qué bendición proviene del poder con Dios! ¡Cómo enn oblece el alma del hombre que lo posee! Este hombre, Jacob, que tiene poder con Dios, es llamado Israel, un príncipe, pues lo es; sólo que los príncipes no tienen una dignidad como la suya, a menos que tengan tambiénpoder con Dios, pues es “un príncipe de Dios”. Qué bendición tan completa debe ser tener poder con Dios, pues quien tiene poder con Dios tiene que tener poder con los hombres. Las criaturas deben someterse allí donde el Creador mismo ha cedido. Si puedes prevalecer con el Maestro, puedes esta r seguro de prevalecer también con Sus siervos. El hombre que tiene poder con Dios, está a salvo. “Si Dioses por nosotros, ¿quién contra nosotros?” Ningún arma que sea apuntada contra ese hombre puede prosperar, y más bien puede condenar a cada lengua que se alce contra él en juicio, pues teniendo po der con Dios, será capaz de plantar su pie sobre el cuello de sus adversarios y reinar sobre quienes se rebelan contra él. Un hombre así no puede estar necesitado. Si tiene poder con Dios, le contaráacerca de sus necesidades, y todas ellas serán suplidas. Confesará sus pecados y le serán perdonados. Dios tratará bien con el hombre que tiene poder con Él. Hay aquí un rango tan amplio de bendición que no debo detenerme para tratarlo más extensamente. Si ustedes tienen poder con Dios, verán que esta es un arma que, como la espada encendida a la puerta de huerto del Edén, se revuelve por todos
1lados. También podría decir de él lo mismo que dijo David de la espada de Goliat: “Ninguna como ella; dámela.” El lenguaje humano no puede expresar nunca ni la milésima parte del valor del poder con Dios. I. Quiero que noten, primero, LO QUE ESTE PODER NO PUEDE SER: “poder con Dios”. Casi no necesitan que les diga que este poder no tiene nada de parecido a la fuerza física en oposición a Dios.El poder que es menciona do en nuestro texto es poder con Dios, no poder contra Dios. Ninguna criatura, por poderosa que sea, tiene poder alguno para estar en oposición a la Omnipotencia. ¿Quiénes somos nosotros para que nos levantemos alguna vez para oponernos al Altísimo? Que la estopa contienda con la fiera llama, o la cera con el calor abrasador, pero nosotros no contendamos con Dios. Si lohiciéramos así, como la mariposa en la vela, seríamos totalmente consumidos. Los hombres más fuertes y altivos sólo habrán de ser como hojarasca en el día de la ira de Dios. De hecho, pensar que el hombre tiene algún poder contra Dios es pura locura, pues no tenemos ningún poder en absoluto aparte de Dios. Existimos únicamente porque Él lo quiere. La respiración de nuestra nariz es un don Suyo minutoa minuto; si Él retirara Su mano sustentadora por un solo instante, regresaríamos a la nada de la que provenimos. El hombre no tiene poder contra Dios. ¡Oh, pecadores necios que le resisten, renuncien a esa batalla desigual! Los exhorto, delante de Dios, a que calculen el costo de una contienda con su Hacedor antes de comenzarla. Lo mismo da que un tiesto dis pute con quien lo moldeó, que...
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