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Lo peor del pecado, es el poso de desconfianza que deja, decía Abelardo. Pensamos que Dios no nos quiere ya. Es imposible que nos perdone…
Y sin embargo, es precisamente en nuestras miserias, dondeDios nos espera.

Judas y Pedro traicionaron al Señor. Uno terminó suicidándose, y el otro siendo Papa de la Iglesia. El pecado de Pedro, no fue menor que el de Judas.
Pero justo, cuando huía,después de las negaciones, se encontró con María, la Madre de Jesús…

El cristiano puede rendirse ante las caídas, pero también puede volver hacia María, y dejar que Ella le guíe.
Tú también puedesentrar en este drama de amor: toma los corazones de todos los seres humanos y, sintiéndote solidario con su miseria, ofrécela a Jesús. Une tu miseria a toda esa miseria humana. Dale a Jesús laoportunidad de encontrar en ti, la miseria de toda una Humanidad que Él quiere perdonar, y perdonaría si cada ser humano, acercándose a Él, arrepentido, se la entregase.

Es preciso que tomemos a Maríacomo Madre y vivamos en consecuencia con esto. ¿Cómo hacerlo? ¡Empequeñeciéndonos!
Cuanto más débiles, cuanto más pequeños, cuanto más niños, las madres son más madres. Esto que sucede en el ordennatural, es preciso vivirlo en el orden sobrenatural.
La dificultad para la vida espiritual está en que a semejanza de la vida natural, en la medida que crecemos, nos vamos haciendo adultos, nosindependizamos de nuestra madre. Y es aquí donde debemos fijar toda nuestra atención y cuidar para evitar que así suceda.
La santidad es problema de infancia espiritual. Cuanto más se avance en la vidaespiritual, tanto más incapaz se sentirá el alma para todo. Cuanto más se avanza, más necesitamos tomar a María como Madre.

Estamos en el momento supremo de la Redención.
Jesús, colgado en la Cruz, seha dirigido a su Madre y al discípulo a quien tanto quería.
“Ahí tienes a tu Madre”. Y desde aquel mismo instante, Juan recibió a la Virgen por madre suya.

La donación de la Virgen María por...