Ya_solo_habla_de_amor_ _Ray_Loriga
Páginas: 159 (39665 palabras)
Publicado: 31 de octubre de 2015
Incapaz de superar la pérdida del amor, Sebastián se entrega con entusiasmo a su fracaso, a
la inútil corrección compulsiva de traducciones de poemas de Blake, a observar a las mujeres
con dedicada atención, a abusar de la paciencia de sus amigos y a dar vida a Ramón Alaya, su
álter ego imaginario, jugador de polo argentino, leal, fuerte, atractivo e ignorante de todo ese
absurdo territorio deficción que consuela a los locos en su derrota. En una sola noche se verá
obligado a caminar más de lo que ha caminado durante los últimos años…
Ray Loriga
Ya sólo habla de amor
ePUB v1.1
Enylu 13.08.12
Título original: Ya sólo habla de amor
Ray Loriga, 2008.
Nº Páginas: 116
Editor original: Enylu (v1.1)
ePub base v2.0
El sentimentalismo no se corrige volviéndose
cínico, sino volviéndoseserio.
CESARE PAVESE
La sala de baile
«Se ha vuelto loco», dijo su portera al verle salir, cabizbajo y ensimismado, con la apariencia
esquiva y el caminar acelerado de un hombre que ha contraído deudas imposibles de pagar. «Está
siempre solo», añadió con enorme disgusto la dichosa portera, para después forzar una pausa que
presagiaba un juiciodefinitivo, «… y sin embargo, a veces se le ve estúpidamente contento, y además, ya
sólo habla de amor».
La vecina, siempre hay alguna vecina, asintió con la cabeza, aunque no tenía el menor interés en el
asunto.
A él, por otro lado, no podía preocuparle menos la opinión de su portera, estaba ya pensando en
comprarse un traje nuevo. Un traje elegante y oscuro. Estaba muertopor fuera y por dentro pero su
vanidad seguía casi intacta. ¿No caen así los soldados? Llevaba demasiados años condenado a los
mismos cuatro trajes y si su aspecto no era mejor, la culpa la tenía sin duda su tristísimo ropero. Esa
misma tarde pensaba llevar a una mujer muy hermosa a una fiesta muy alegre en la Embajada suiza, y sus
trajes no estaban a la alturade las circunstancias. Todas las mujeres a las que alguna vez había querido
vestían, en cambio, de maravilla y daba gusto verlas.
Sebastián no es muy feliz, hay un poema de Blake que le inquieta, pero a veces, al mediodía, se siente
extrañamente alegre y sonríe sin motivo, como si no tuviera muchas preocupaciones, y es cierto que sólo
habla de amor, pero no se ha vuelto loco. ¡De qué otra cosapodría hablar!
Tiene en estos días, o eso quiere pensar, la remota elegancia de los mendigos. No es un mendigo
porque no pide nada a nadie, pero está a punto de abandonar la causa general, el correo electrónico, las
efemérides, la vida social, el mundo y sus porteras. Se atusa el pelo con las manos, y enseguida se pone a
pensar en, cosas importantes. ¿Importantes para quién?Importantes para él, faltaría más. Si está
desconsolado es cosa suya, si quiere amar a quien ya no se deja amar, a nadie debería importarle. Si su
amor es o no sincero, o lo fue en el pasado, ¿quién puede decirlo? Desde luego no las porteras o las
vecinas de su barrio. Si se ríen de él, que se rían. A veces mira a las mujeres con un amor verdadero que
aparentemente nodura nada. Y luego se esconde, y a escondidas, las ama en silencio y para siempre.
En las calles no hay más que una mujer para él, pero se guardará muy mucho de decir su nombre, tal
vez porque ya le mandó rosas, sin suerte, así que se dedica a mirar con devoción a perfectas extrañas. No
hay nada mejor que pasear entre las cosas de las mujeres para respirar siquiera por un instante las pocas
promesasque ofrecen los días. Se dedica a observar a las mujeres y carece de cualquier otra fe. Así se le
pasan más ligeras las tardes. No hay detalle que se le escape, y reconoce los zapatos de todas las
muchachas porque está iniciado en los misterios de la moda. No es que se dedique a eso, es tan sólo un
pasatiempo. Conoce bien sus Jimmy Choo, sus Marc Jacobs, no hay H&M que se la...
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