Yeisg
Páginas: 5 (1002 palabras)
Publicado: 28 de mayo de 2013
Por: Felipe Carlés
En el estrecho pasillo se escuchaban pasos largos y secos que proyectaban un eco en toda la antecámara. En el umbral de la puerta había una especie de candelabro que burbujeaba pequeñas partículas de un azul mágico.
El corredor conectaba con tres puertas: dos de ellas hacia dos antecámaras atestadas de una luz celeste y otra hacia una habitaciónoscura llena de objetos extraños.
Después de subir dos peldaños que se encontraban en el corredor, la muchacha penetró en la habitación oscura y se refugió detrás de unos cajones. Jadeaba y sigilosamente miraba por el umbral claroscuro de la habitación por si alguien le seguía.
— La queremos viva —se oyó decir desde la antesala adyacente.
En los ojos de la muchacha algo brilló como dos brasasencendidas en el fondo de sus pupilas. Estaba exhausta… casi sin aliento.
Aquello era una carrera por el tiempo. Una carrera que no parecía terminar. Una carrera que quizá…
— Se nos ha perdido —gritaban varias voces—, adelante… no puede estar lejos.
Cristina, la adorable muchacha que años atrás había pertenecido a una generación de grandes estudiosos de la astronomía moderna estaba siendoperseguida por un grupo especial de hombres armados que ni ella misma entendía quiénes, porqué y para qué la buscaban.
Horas antes un grupo de astrónomos habían llegado al edificio de investigaciones astrológicas (antigua sede del museo interplanetario) para hacer unos estudios sobre un planeta aún desconocido, pero fueron capturados por este grupo de hombres de identidad oculta. Ninguno de ellos quisoidentificarse, ni siquiera hacer mención sobre la misión que estaban ejecutando; lo cierto es que varios de esos astrónomos fueron capturados sin ningún motivo aparente.
— Debo salir de aquí —dijo Cristina ensimismada mirando hacia todos lados buscando un lugar para escapar.
En una de las paredes había un estrecho agujero (acondicionado justamente para los contornos de su cuerpo), pero selladopor una reja metálica oxidada y corroída por el aire y la humedad. Trató de quitarlo con las manos y consiguió cortarse la palma derecha con las fibras del oxido. Se miró las manos temblorosas y sucias de oxido y se inclinó lo suficientemente para lanzarle un puntapié a la reja. Ésta terminó por dejarle libre el camino.
Dentro del oscuro y húmedo pasadizo se desprendía un olor rancio y añejo comode una bodega antigua, el olor se asemejaba al de la muerte.
En el otro extremo del túnel había otra reja. Cristina volvió al mismo procedimiento anterior y arrojó la reja a un metro de distancia aproximadamente. A continuación, salió y se percató de inmediato que se encontraba en otra sala; una sala que desconocía por completo. Era grande, olvidada y desecha, el suelo estaba conformado por variostrozos de cerámicas de diversas tonalidades en gris. Dio un par de pasos y en el extremo de la sala, justo en un rincón se encontraba el cuerpo de uno de sus amigos astrónomos. Sacudió la cabeza para comprobar si era un sueño o la realidad y se lanzó hacia donde estaba su amigo derrotado.
— ¡Pedro! —exclamó, sus labios temblaban, así como sus manos.
— ¡Cristina! —Dijo Pedro con esfuerzo despuésde unos segundos—. Debes salir… de aquí. —En su pecho habían dos agujeros por donde corría una buena proporción de sangre—. En mi bolsa hay un… —gimió de dolor—… un arma, te servirá para defenderte.
— Pedro… —lo miró con lástima—… ¿qué ha pasado?
— Te buscaban a ti… pensaron que estabas con nosotros… nos negamos a decirles donde te encontrabas… y uno de ellos me disparó.
— ¿Por qué me buscan?— No lo sé… pero debes salir… los demás… —volvió a soltar otro alarido de dolor—… Los demás fueron capturados.
— Quédate donde estás, no trates de moverte, debo detener la hemorragia. Yo…
— ¡No hay tiempo! —Exclamó Pedro, agonizante—… Vete… ¡Corre!
En su boca empezó a emanar grandes bocanadas de sangre hasta que soltó un débil gemido. Era su último gemido de vida.
En estos momentos miles de...
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