yentil, el amable hombre de las nieves.
ROBINSON, EL PIRATA
CASANDRA, LA BRUJA
CALIPSO, LA SIRENA
CASIMIRO, CAZADOR
RUPERTO, CAZADOR
LOBO
CAZADORES
TITO, EL SAPO SAPIENTE
YENTIL, EL ANIMAL DE LAS NIEVES
PRIMERA ESCENA
(Sala en penumbras; un enorme escritorio sostiene altas pilas de libros que escasamente dejan ver la cabeza de Robinson; sobre cada pila chisporretea una gruesa vela. A la izquierda delescritorio se alcanza a ver ¿un gran cofre cubierto de polvo, unido por viejas y espesas telarañas a un globo terráqueo, sucio de humo. En la pared del fondo reposan, colgados, aquí y allá, una bandera de pirata, un gancho, un gran pañuelo negro con lunares dorados, y una pata de palo. El suelo está repleto de libros en desorden. El personaje esta vestido rigurosamente de negro.
Se oyen doce campanadaspotentes, resonantes. Robinson se levanta. Con las manos atrás, camina y pasea su impaciencia por el escenario alrededor del escritorio; despeja su camino dando puntapiés a los libros con que tropieza; pero, arrepentido, los recoge, los limpia, los consiente).
Robinson (dirigiéndose al público, explicándose con las manos): ¿pueden ustedes imaginarse una bruja que, además de bruja, es mentirosa, yademás de mentirosa es incumplida?
¡Pues esa es Casandra, la persona que estoy esperando! Somos muy viejos amigos, y varias veces hemos recorrido juntos el mundo. Pero aunque no quiera reconocerlo, las cosas cambian. Ahora todo es más rápido; sin embargo, alguna gente como Casandra se vuelve lenta, lenta, lenta…
(Repentinamente, se escuchan tres golpes en la puerta, rápidos y fuertes. Robinsonda un brinco y queda paralizado. Entra Casandra, con los brazos abiertos, hecha la fiesta. Luce un traje largo, con festones de diversos colores y una abundante y lustrosa cabellera negra bajo un capirote a la usanza, decorado con lunas y estrellas).
Casandra: ¡la bruja Casandra saluda a Robinson, rey de la piratería!
Robinson: ¡Casandra, Casandrita reina de la profecía, princesa de lapuntualidad! (abraza a Casandra y le da tres vueltas en el aire).
Casandra: ¡Suéltame, que me ahogas!
Robinson: ¡Estas en manos de Robinson, sobreviviente de cien náufragos! ¡Conmigo no te ahogaras nunca!
Casandra: ¡ay, Robín, las brujas de ahora no nos ahogamos en el mar, sino en las calles! (le viene un loco acceso de tos seca, que la hace patear el suelo. De su bolsillo, saca un frasco de colirio yse echa algunas gotas en los ojos). Robinson, viejo amigo… ¿Cómo me ves?
Robinson: ¡Entera y más bruja que nunca! ¿Cómo haces para verte tan bella? ¿Cuestión de brujería?
Casandra: ¡ja! Robinson, eres tan amable como mentiroso. Sé que estoy más gastada que moneda en el fondo del mar. No sabes lo que me debilita el humo de los carros y de las fábricas… (Tose)
Robinson: eso nos pasa a todos,Casandra.
Casandra: ¡pero es que a mí me pasa peor! La industria está acabando con las brujas, obligándonos a tragar tanto humo. (Tose). ¿Recuerdas mi magia? De eso no queda casi nada. (Se entristece). ¡Con decirte que mi escoba solo alcanza a dar saltitos de tres metros!
Robinson: ¿Y qué hiciste con ella?
Casandra: Pues… ¿Qué iba a hacer? ¡Se la regale al primer barrendero que me la recibió! Ojalale sirve para algo. (Tose de nuevo. Vuelve a echarse gotas en los ojos). Al paso que voy, quedare ciega con tanto humo en las calles. ¿Te imaginas una bruja con gafas?
Robinson (Muy triste): Así va el mundo: ¡brujas sin escobas, piratas sin aventuras!
Casandra (Animada): ¡Ah! A propósito de aventuras: te traje algo, como siempre. Espérame aquí. (Sale. A los pocos segundos entra,arrastrando una pila de libros viejos atados con una corbata). Aquí tienes unos cuantos libros de viajes y aventuras.
Robinson: (lanzándose, entusiasmado, a deshacer el atado): ¡qué bueno! ¡Con lo que me hacía falta! ¡Lectura para otros seis meses! (Revisa los lomos de los libros con expresiones de alegría). ¡Julio Verne, Emilio Salgari, Daniel Efoe!
Casandra: pero antes de que te sientes a leer...
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