YO HABLÉ CON EL DUENDE

“YO HABLE CON EL DUENDE”

I. ANTECEDENTES

En la presente narración de carácter histórico, nos permitimos, por discreción, pasar por alto los nombres de los protagonistas. El hecho ocurrió en uno de los pueblos de Imbabura.

Muchos años ha que "Maestro Juanito", el popular carpintero de la población, cierta mañana se levantó muy temprano y, entre oscuro y claro, ensilló prolijamente sucaballo, y sin olvidar las alforjas, emprendió marcha hacia "La Villa", nombre con el cual era conocida la ciudad de Ibarra, capital de Imbabura.

En el trayecto iba hilvanando mentalmente la lista de compras y encargos, por cuya razón se dirigía allá.

Como parece que en las ciudades "el tiempo vuela" para los campesinos, Juanito tuvo que darse prisa en las compras y otras diligencias, puesdeseaba retornar lo antes posible, a fin de que no le sorprendiese la noche en el largo y peligroso camino. En efecto, bien empaquetado y las alforjas llenas de cachivaches, abandonaba la ciudad con dirección a su pueblo, sin despedirse siquiera de sus amistades.

Acaso iba algo más de una hora de camino por la polvorienta vía, cuando se encontró con el compadre Manuel que, en ese precisomomento y en dirección contraria, llegaba a su habitación ubicada a la vera del camino. El carpintero no esperó a que le repitiera la invitación de entrar a un pequeño descanso y tomara una copita para calmar la fatiga del viaje.

En el seno de la amistad departieron amigablemente por algún tiempo y luego de apurar una que otra dosis de aguardiente puro, "Palma Real", de Intag, reanudó la marchatranquilo y contento a su querido hogar.

Pronto le sorprendió la noche; densa neblina cubrió la meseta dificultando la visibilidad del trayecto, por cuyo motivo tuvo que disminuir el ritmo del trote del jamelgo, para no dar en algunos de los varios precipicios del tortuoso camino hacinado de piedras y malezas, especialmente en las pendientes laderas del río Ambi, a cuyo fondo debía descenderhasta el angosto y peligroso puente.

Era ya casi media noche cuando se encontraba en la parte más temida de los transeúntes del pueblo, es decir frente al cementerio parroquial, por donde precisamente debía pasar. Rendido de cansancio por el largo viaje y las copitas ingeridas, hallábase en un estado de sopor y casi de inconsciencia. De pronto se detiene bruscamente el caballo con ímpetu deretorno.

Asustado levanta la vista y contempla frente a sí las tétricas bóvedas que semejaban profundas oquedades. Un airecillo interno circuló por todo su cuerpo.

Cierto ruido extraño por los matorrales fue lo que asustó al caballo; ahora el ruido se repetía más cercano y más fuerte. De inmediato, en su nerviosismo y entre la semioscuridad, pudo observar que un bulto pequeño, desde el bordealto daba un salto y caía precisamente en las ancas del caballo. Le abrazó y hasta llegó a sentir en la nuca el fuerte soplo del resuello. Así abrazado avanza unos instantes que le parecen interminables y lanza un grito de angustia; escucha una detonación y siente que el bulto extraño se escurre de las ancas y desaparece velozmente por entre las matas que bordean el camino.

Apenas pudo observarun ser pequeñito con sombrero grande. No le fue posible distinguir la fisonomía por la obscuridad y por la rapidez con que desapareció.

II. CUADRO TRAGICO

Tal fue el susto que se llevó; que se le erizaron los cabellos de la cabeza; hasta el caballo lanzó un fuerte resoplido y arrancó en desenfrenada carrera hacia la población que, felizmente se hallaba a corta distancia.
Tan pronto comollegó a su casa, desmontándose como pudo y casi arrastrándose, dio fuertes e insistentes golpes a la puerta. Su esposa al escuchar estas llamadas y oír quejidos, acudió veloz y, por poco se desmaya al encontrar a su Juanito tendido en el dintel de la entrada.

Con la ayuda de sus hijos lo condujo al interior del cuarto, allí quedó exánime y echando espumarajos de saliva. Los ayes y gemidos de...