Yo Tambien Me Llamo Vincent

yo también me llamo vincent

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L etras nuevas

Juan Sabines Guerrero
gobernador del estado de chiapas

Consuelo Sáizar
presidenta del conaculta

Alejandro Molinari

Marvin Lorena Arriaga Córdova
directora general del coneculta-chiapas

Ana María Avendaño Zebadúa
directora de publicaciones del coneculta-chiapas

CH
863M
M722
Y541

Molinari, Alejandro
Yo también me llamo Vincent / AlejandroMolinari. —
México : CONECULTA : CONACULTA, 2012.
78 p. ; 21 cm. — (Colección Hechos en Palabras. Serie
­Letras nuevas ; 42)
ISBN 978-607-7855-44-6


1. NOVELA MEXICANA — CHIAPAS 2. LITERATURA
­MEXICANA — CHIAPAS.

Yo también
me llamo Vincent

© alejandro molinari
D.R. © 2012 Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Paseo
de la Reforma 175, Col. Cuauhtémoc, México, D.F., C.P. 06500.
D.R. ©2012 Consejo Estatal para las Culturas y las Artes de Chiapas,
Boulevard Ángel Albino Corzo 2151, Fracc. San Roque, Tuxtla
Gutiérrez, Chiapas, C.P. 29040.
publicaciones@conecultachiapas.gob.mx
ISBN: 978-607-7855-44-6
impreso y hecho en méxico

c o n s e j o e s tata l pa r a l a s c u lt u r a s y l a s a rt e s d e c h i a pa s

2012

Alicia me dijo que no pusiera por escrito este testimonio demi
relación con Vincent, porque la sociedad de Comitán es una
sociedad compleja y los advenedizos no podemos valorarla
a cabalidad. Mi amistad con Vincent fue breve pero definiti­
va. Treinta días bastaron para que él llegara con su flama y
luego se apagara, como se apagan los soles en el universo.
Escribiré como fluyan los recuerdos y, si existe una extrapo­
lación de tiempos, espero no resulte untexto confuso, como
confusas son las novelas escritas por don Eusebio, el autor
bajo cuya influencia permanecí estos últimos años. Escribo
en memoria de ese niño de treinta y cuatro años que deseó
ser Vincent Van Gogh. ¡Que la luz del de Auvers ilumine la
sombra del de Chiapas! ¡Que así sea!

*
“Yo también me llamo Vincent”, dijo el hombre, le calculé
una edad de treinta y dos años. Luego supe queera ape­
nas un año menor que yo. Fue justo dos días antes que don
Eusebio me despidiera del trabajo. Estábamos en el parque,
yo leía Aura, de Carlos Fuentes; él, en la banca de enfrente,
me miraba sin parpadear; vestía una bufanda de cuadros
enredada al cuello, chamarra de mezclilla con borrega, un
pantalón roído y una ushanka de piel de conejo enfunda­
da hasta la línea de sus cejas, unavestimenta insólita en un
clima templado. Su cuerpo era, a lo ancho, como bidón de
agua; en compensación medía más de un metro con ochen­
ta centímetros. La gente pasaba sin verlo. Supuse que era
una imagen común, uno de esos personajes folclóricos que

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Alejandro Molinari

Yo también me llamo Vincent

dan identidad a los pueblos. ¿Por qué nunca lo había visto?
Días después de la muerte de Vincent,don Arcadio reafirmó
que él no salía de su perrera en el día. “¿Sí sabías que Vin­
cent vivía adentro de una perrera en aquella cueva que se
mira desde acá, donde están aquellos pinos? ¡Era un estúpi­
do, fue mejor que se suicidara!”, remató don Arcadio.
“Yo también me llamo Vincent, tú también ¿cómo te lla­
mas?”. Su acento sonó como el de un extranjero en busca de
una nueva patria. Un hilo debaba se columpiaba en su boca.
Era la hora de la tarde en la cual cientos de zanates
se arraciman en las frondas de los árboles y parvadas de
estudiantes corren para alcanzar el camión; la hora en
que una niebla dorada disimula los edificios. El aire traía
el olor de los panes compuestos y de las butifarras de una
cenaduría cercana, mientras una marimba sonaba en el
quiosco del parque, la gentedepositaba la basura en las
esquinas y los perros hacían el tiradero.
En ese momento no sabía que Vincent se llamaba así
porque deseaba ser Vincent Van Gogh; ni que, cuatro días
después, le sugeriría acercarse al viejo escritor para que
cumpliera su anhelo; ni sabía que se suicidaría en el in­
tento. Juro que si hubiera intuido el desenlace, jamás, ¡ja­
más!, lo habría encausado a tal aventura. Dicen...