Yo Tambien

Yo también

Miré al cielo y vi unas nubes abrazadas en lo más alto, como si con un abrazo evitaran que el viento las moviera, pero más tarde vi que se separaban desgarrándose, haciendo de su cuerpodesfigurado un extraño ser de retazos de sus semejantes. Entonces entendí que no estoy solo, no soy solo yo, soy retazos. Agaché la mirada y me sostuve la cabeza, recordé que mi pueblo, Regidor, esun pueblo de gente sencilla, con sencillos retazos, con sencillas ilusiones y un corazón blanco con una brillante gama de azules y verdes. Desperté de mi reflexión y escuché a mi papá: oye, Gabriel,ven a ayudarme con la marquezona, deja esa cara y no pierdas el tiempo pensando, eso no te va a dar de comer. Me paré y le ayudé, nos fue muy bien, pescamos más de cien peces.

En la tarde meencontraba solo, mi padre había salido al mercado, tenía mucho que vender. Entonces me sentí libre y, como nube en lo alto, me puse de blanco; bajé emocionado a conseguir un nuevo retazo, uno de una mujer. Yala había visto, su pelo tan negro como una noche sin luna contrastaba con esa boca, esa boca que parecía patilla tan jugosa y fresca; tan sediento. Ya sabía donde encontrarla, trabajaba a dos cuadrasde mi casa, trabajaba con su madre en una de las muchas tiendas de Regidor, eran de colores llamativos, opacas por el tiempo y el polvillo marrón, mismo que cubre su piel y la mía dejando inocente alsol. Caminé rápido y tropecé con todo, pero yo sentía que todo tropezaba conmigo. Solo quería verla.

Esmeralda, esta vez, tenía el cabello recogido, no era igual, pero dejaba al desnudo su largo yjusto cuello, era de color polvillo. Ahora tenía más sed. Se me acercó y me preguntó: ¿Qué se le ofrece, muchacho? No le respondí, era muy bella para decirle lo que realmente quería. Me sentíindigno. No la dejé que pensara mucho y pedí un jugo de patilla para apaciguar la sed. Habitualmente es más dulce, aun así me lo tomé. En el último sorbo simulé que había tomado una dosis de valentía y,...