Yolo

Expresión de las emociones,
de Darwin
Xavier Lizarraga Cruchaga

Publicado en 1873 (14 años después de El origen de las
especies) la obra de Darwin titulada La expresión de las
emociones en los animales y en el hombre resulta, por decir
lo menos, sorprendente. El planteamiento e incluso el
abordaje de la problemática, a casi 150 años, deviene no
sólo muy actual sino adecuado en suestructura, desarrollo
y argumentación.
Como hace en el conjunto de su obra, podemos decir
que Darwin, en tanto que habla desde una abierta primera
persona del singular, asume su posición de sujeto-observador, que hoy sabemos es imprescindible, en tanto que
mirar y concebir implica darle cuerpo, sentido e incluso
significado a lo observado. Asume pues al sujeto, que tantos
autores evaden,refugiándose en indefinidas terceras personas, tanto del singular como del plural (aún cuando no
hayan trabajado en equipo) o bien adoptan un estilo mayestático, que pretende generar sensación de autoridad…
de que, lo que se dice, es casi inapelable.
Sin duda, muchas de sus opiniones e incluso afirmaciones hoy nos resultan desagradables o incluso inaceptables.
No es de extrañar, por lo mismo,que como hablante desde
un espacio cultural concreto (la Inglaterra colonialista y
victoriana), muchas de sus reflexiones y afirmaciones (que
no dejan de ser categóricas), hoy por hoy, nos resulten
casi alarmantes, por sus tintes misóginos, etnocéntrico
y racistas… como ocurre con otros autores de innegable
importancia y trascendencia como Marx o como Freud;
con la salvedad que, frente alo que ocurre con este último,
la misoginia de Darwin (o del mismo Marx), por ejemplo,
hoy resulta menos peligrosa, dado que el evolucionismo de
Darwin no deriva directamente en discursos valorativos
tiempo

que afecten en la actualidad a los individuos, como sí lo
llegan hacer ciertos discursos psicoanalíticos a partir de los
supuestos, las ideas y los planteamientos de Freud.
Como ungran valor del texto, cabe resaltar la actitud
autocrítica de Darwin y su postura no sólo analítica sino
reflexiva, que en ocasiones nos ofrece muestras de una interesante humildad, como podemos descubrir, por ejemplo,
en el siguiente párrafo, con el que plantea el origen mismo
de este trabajo:
“…[en 1838] me sentía inclinado a creer en el principio de la
evolución, es decir, en laderivación de las especies desde otras
formas inferiores. Por tanto, cuando leí la gran obra de Sir C.
Bell me resultó insatisfactoria su opinión de que el hombre ha
sido creado con ciertos músculos especialmente adaptados para
la expresión de sus sentimientos. Parecía más verosímil que el
hábito de expresar nuestros sentimientos mediante ciertos movimientos, aun cuando resulte ahora ser innato,hubiera sido
adquirido por algún camino de forma gradual. Pero constituía un
embrollo nada despreciable descubrir cómo pudieron adquirirse
tales hábitos. En su conjunto el problema debía enfocarse bajo
una nueva perspectiva y cada expresión exigía una explicación
racional. Por imperfecta que pueda haber resultado su ejecución,
fue este convencimiento lo que me llevó a intentar la presenteobra.” (pp. 51-52).

Asimismo, es de subrayar no sólo lo actual de su trabajo por
la problemática que aborda, sino su amplitud de miras, lo
que nos permite calificarlo de transdisciplinar. Son muchos
y variados los autores a los que acude, en una actitud casi
enciclopédica, buscando en sus obras aquellos puntos o
detalles que puedan ayudarle en sus propias reflexiones o
que incluso puedanservirle como extensiones de sus pro15

LABERINTO

pios ojos, en tanto que han podido observar expresiones
emocionales en diversos animales y en humanos de muy
distintas latitudes y culturas (casi podríamos reconocer en
ello, un intento por superar el etnocentrismo). Con ello
consigue ofrecer una mirada sobre la especie humana que
nos habla, a un tiempo, de unidad y variabilidad… la...