Yucatán y tizimín durante la independencia
Yucatán, alejado geográficamente del centro de la Nueva España, tuvo una historia diferente, más ligada a su estructura socio-económica. En efecto, lejos de lamirada de los altos funcionarios de la Corona, desde los primeros años de la Colonia disfrutó de una relativa autonomía política. Los criollos y el alto clero, viviendo como parásitos mediante el tributode las comunidades indígenas, podían jactarse de controlar los intereses de la provincia. Por su parte, los mayas-yucatecos, sin haber sufrido la violencia del despojo de sus tierras comunales, comoel centro de la Nueva España, también disfrutaban de una relativa autonomía política local, la “república de indígenas”.
Pero además, como parte de la política colonial que quería evitar elcontrabando por Belice, los puertos de Yucatán, Campeche y Sisal, fueron los únicos de la Nueva España en abrirse al comercio internacional con las naciones amigas de España o neutrales a ella.3 Esta aperturacomercial servía de palanca al progreso de las haciendas maicero-ganaderas y a la estabilidad social también.4 Así, la mayoría de los yucatecos no compartía los sentimientos independentistas de laNueva España y contemplaba pasivamente el desarrollo del movimiento insurgente, aunque a la postre lo impactó de igual manera.
Sin embargo, Yucatán no carecía del sentimiento independentista de laNueva España. El grupo liberal de los “sanjuanistas”, integrado por Vicente María Velásquez, José Matías Quintana, José Francisco Bates y Lorenzo de Zavala, desde 1812 había apoyado las reformas de laConstitución de Cádiz. Lorenzo de Zavala en 1818 sostuvo la llamada “Confederación patriótica” que profesaba la idea de que el pueblo podía hacerse justicia por sí mismo y relevar a sus autoridades.Eusebio Villamil, probable autor de “Sueño de un americano amante de las dos Españas”, sintetizó las aspiraciones sanjuanistas: desconocer a la metrópoli pero sin romper con ella a través de una alianza...
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