Yushimito Lecciones a un nino que llega tarde capitulo

Páginas: 16 (3755 palabras) Publicado: 3 de mayo de 2015
Oz

«Ese último nervio tuyo tan fino / que se hace alma»
El otro Asterión, José Watanabe
Para Micaela Chirif

El Hombre de Hojalata ha hecho crujir sus viejas articulaciones para que yo pueda oírlas. Se trata de un sonido semejante a romper nueces con una tenaza o con dientes igualmente enérgicos. Antes lo hacía con frecuencia. Me refiero a
que cascaba frutos secos, no solo nueces, y me daba lamejor
parte de la pulpa para que yo pudiera comerla. Pero llegó
un tiempo en que no lo hizo más. Sencillamente dejó de hacerlo y yo me resigné a que las nueces y los frutos secos ya
no formaran parte de mi dieta. Ahora, H. H. y yo escuchamos el crujido de sus coyunturas de metal, que se le quiebran como una bisagra de cosa vieja y gastada que no termina de cerrarse nunca. Y cuando creo que va acesar, lo
oigo exagerar con sus viejos goznes haciendo ruidos, como
si esta vez, de verdad, quisiera desmontarse.
–¿Qué pasa? –le pregunto.
11

lecciones_niño.indd 13

03/05/11 16:21

Carlos Yushimito

A un lado del comedor lo encuentro atareado, flexionando un brazo de arriba abajo, como si, de un momento
a otro, esperara sacar agua de algún pozo invisible. Hace
treinta minutos que lo oigo trajinary lo único que ha logrado hasta ahora es que yo abandone, impaciente, la lectura del diario, y que su voz acabe por derramarse como una
resonancia hueca que, en otra ocasión, yo mismo habría calificado de triste.
–Me parece que algo anda mal conmigo –dice H. H.
Verlo manipular así su burda osamenta artificial me resulta penoso, pero no se lo digo.
–Es normal que pase –lo tranquilizo–. Tarde otemprano
tenía que sucederte.
–¿Qué cosa, Harumi?
–Envejecer.
El Hombre de Hojalata mueve la cabeza, negando, enfáticamente.
–Creo que me estoy oxidando.
Y, como si el hecho evidenciara su hipótesis, mueve otra
vez los pernos de sus antebrazos y los oye rechinar agudamente, una, dos, tres veces, antes de detenerse. Ahora no dudamos. Hace lo mismo con el resto de su cuerpo, y un momento despuésdebemos admitir que las cosas no parecen
verse mejor que antes.
–¿Será así la muerte?
–No lo sé –le digo.
–¿Cómo que no lo sabes? –dice él, regañándome–. Se supone que lo sabes todo.
Hace mucho que sostuvimos esta conversación; creo recordarla. Pero ahora estoy exhausto y viejo y comprendo que
12

lecciones_niño.indd 14

03/05/11 16:21

OZ

nunca acabará de creer lo que yo le diga, no importa cuántasveces se lo repita. Pronto, tampoco yo mismo lo creeré:
habré olvidado, acaso, todo lo que le dije alguna vez. Y esa
es la verdad de esta historia.
–No lo sé –repito, avergonzado, y vuelvo al diario.
–Deberías –concluye.
Y, como si no me hubiera oído, H. H. sigue haciendo sonar
sus viejas vértebras de lata, solo para hacerme rabiar.

Hubo un tiempo en que H. H. y yo fuimos objeto de atención.Teníamos un pasatiempo rentable que nos permitía
viajar por Ciudad Esmeralda, haciendo alarde de cierta fama
de imbatibles. El Hombre de Hojalata jugaba al ajedrez y
yo retaba a los que pudieran hacerlo, desplegando una silla
y sentándome en mitad de una plaza, de cualquier plaza,
mientras acomodaba las piezas sobre una mesita ajedrezada y esperaba a que alguien, no importaba quién, rellenara el gransombrero de copa que había pertenecido a mi
bisabuelo y que ahora servía para legitimar las apuestas.
No faltaron nunca reñidores ni pendencieros. Quiero decir,
lo que uno espera que haya en cualquier ciudad. Hace mucho
que los caballeros dejaron de jugar al ajedrez para dedicarse
a oficios más rentables, por lo que no fue con ellos, finalmente, con quienes debimos lidiar una vez que salimos a
lacalle. Hay una vaga jactancia en el ser humano que le
hace imposible aceptar la derrota frente a cualquier artefacto. Perder contra un objeto es perder contra uno mismo;
y esa es, si se piensa, la derrota más difícil de asimilar para
las personas. No pasó mucho tiempo antes de que H. H. se
13

lecciones_niño.indd 15

03/05/11 16:21

Carlos Yushimito

acostumbrara a ganar y la fama de su...
Leer documento completo

Regístrate para leer el documento completo.

Estos documentos también te pueden resultar útiles

  • llegada tarde
  • llegadas tardes
  • No llegar tarde
  • Anoche llegaste tarde
  • ¿Llega ud. siempre tarde?
  • La verdad siempre llega tarde
  • Tarde pero he llegado
  • Queremos seguir llegando tarde?

Conviértase en miembro formal de Buenas Tareas

INSCRÍBETE - ES GRATIS