Zela

¡QUE VIVA LA LIBERTAD!

Cuando los peruanos rememoramos el Primer Grito Libertario del Perú, acontecido en la ciudad peruana de Tacna el 20 de junio de 1811, en un intento para iniciar laindependencia del Perú contra las huestes realistas, no recordamos un descalabro militar. No. Es el recuerdo de un acto superlativo de humanidad mediante el cual el Prócer de la IndependenciaFrancisco Antonio de Zela y Arizaga, apoyado por un numeroso grupo de criollos, mestizos e indios, nos demostró a través de su propio sacrificio, que en momentos en que un nación no es libre ni soberana,surgen valores como el honor y la dignidad, los cuales nos demuestran que vivir una vida decente es derrotar el infortunio.

“Tacneños! ¡Patriotas!...Llego la hora. Ya somos libres. Estalibertad debemos afirmarla con nuestro esfuerzo, con nuestros brazos armados, con la fortaleza de nuestros corazones. Los pueblos de América están pendientes de nuestra acción..., fueron las frases deeste insigne patriota.

Actualmente, vivimos los rezagos de la inmoralidad que nos abatió los últimos decenios del siglo XX. Debemos tener en cuenta que una sociedad sin valores va perdiendosu civilidad y deja de ser sociable. Nosotros al desprendernos de ellos aceptamos la delincuencia y corrupción que campean en nuestro país. Hemos degenerado tanto, que nos parece aceptable sobornarfuncionarios a fin de obtener favores o tolerar que las autoridades se llenen ilegalmente los bolsillos con fondos públicos, porque cumplen con algunas de sus labores. La ablación de nuestrosderechos como personas esta a la orden del día, ya que simplemente no cumplimos los deberes como ciudadanos, pensando o asumiendo que todo se puede medir en una escala económica, es decir, que todo lopodemos cotizar en billetes nacionales o de otro país.

Si Dios me lo permitiera, le rogaría a Francisco Antonio de Zela y Arizaga que de otro Grito de Libertad, para gritar a todo pulmón:...