A La Altura De Cristo
‘‘Dios no es un viejo de barba blanca sentado en un trono con una lista de diez cosas que no debes hacer…’’. Ese fue el comentario que oí una vez de una chica de mi colegio, en medio de una clase de lenguaje que sostenía ciertas discusiones medianamente filosóficas. Sus palabras fueron claras, con un sentido más que ateísta, crítico a la moral cristiana que alegabaenseñar el colegio del cual egresé.
Aunque no se daba en aquella ocasión la oportunidad de opinar con respecto a las opiniones de nuestros pares, no hubiera sabido qué responder. Nunca me he sentido capaz de presentar una apología adecuada en contra de los ataques filosóficos y los argumentos racionales de la mente humana (los cuales claramente son locura ante la divina sabiduría de Dios), y aquellachica tenía fama de sabionda. Entonces, al fin y al cabo, aunque se hubiera dado la oportunidad de una discusión, no hubiera podido presentar oposición… y si lo hubiera hecho, seguramente hubiera quedado en vergüenza.
Con el tiempo, aquella frase quedó grabada en mi mente: ‘‘Dios no es un viejo de barba blanca sentado en un trono con una lista de diez cosas que no debes hacer…’’. ¿Qué hay de losdiez mandamientos? La Biblia nos enseña constantemente a vivir de una forma que, si somos sinceros, no acomoda al ser humano. No es un sistema de vida popular. ‘‘No hagas esto, no hagas esto otro’’. El simple ‘‘no’’ ya es algo que a nuestros oídos les produce rechazo. De pequeños nosotros, los miserables humanos, presentamos oposición ante la negación de nuestros deseos. Desde el momento en quenuestros padres nos niegan un caramelo o un juguete, a cuando una chica (en el caso de los hombres) nos niega un beso o la posibilidad de una relación. Básicamente la palabra ‘‘no’’ es una molestia.
Por estas razones es posible que la forma de vida cristiana sea rechazada por la mayoría de la gente. Las enseñanzas de vida, la forma de comportamiento que Jesús indicó a las personas fueron una piedra detropiezo para muchos de sus seguidores que al momento de la verdad le dieron la espalda como se ve en Juan 6:60-66, cuando algunos discípulos se fueron decepcionados de la dureza de las palabras de Jesús.
A pesar de todo esto, he logrado comprender algo que quizás (y con toda seguridad) aquellos que siguen al Señor de todo corazón lo han comprendido. ‘‘Dios no es un viejo de barba blanca sentadoen un trono con una lista de diez cosas que no debes hacer…’’. Una frase con una intención crítica al cristianismo ha dado en el blanco, y al menos a mí me ha hecho comprender una verdad clave de la vida en Cristo. Dios no es un viejo de barba blanca sentado en un trono con una lista de diez cosas que no debes hacer, claro que no. Dios es Dios, un ser inigualable e incomparable, el Rey de reyes,sentado en su trono celestial diciéndonos dos cosas básicas que debes hacer. Jesús lo aclaró de manera magistral:
‘‘Y uno de ellos, intérprete de la ley, preguntó por tentarle, diciendo: Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley?
Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo essemejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas. ’’ – Mateo 22: 35-40
Jesús, como siempre, nos enseña el camino definitivo. Nos explica con sabiduría aquello que a tantos sabios los tuvo esclavizados y atapados, a un pueblo que vivió de la letra y no del Espíritu. Los diez mandamientos no son diez cosas que no debemos hacer, sino que sondos cosas que debemos hacer. Amar a Dios y al prójimo. Cuando amas a Dios le honras, respiras para su honor, cada pensamiento que tenemos es para glorificar su nombre y para agradarle, cada palabra que sale de nuestra boca es una alabanza, cada acción busca su alegría. Cuando amamos a nuestro prójimo, nunca buscamos nuestra satisfacción a costas de él, sino que cuidamos no dañarle, y si está...
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