a la luz del cambio

A la luz de un cambio
Prólogo
Debo admitir que hace un año, seguí a Sucrette un par de veces a su casa, desde la distancia. Sé que suena un poco acosador de mi parte, pero quería saber donde vivía y si alguna vez nos encontrábamos por “casualidad” que me invitase a su casa. Aunque claro, prefería guardar la distancia. Por esas fechas comencé a tomar conciencia de lo hostigante que era con ellaa veces… o casi siempre. A mi vuelta al instituto solo hablo lo necesario con ella o bien si ella quiere platicar conmigo un rato, charlamos un poco, pero ya no soy como antes. Y de cierta forma me alivia un poco. Mi mundo no gira en torno a ella, puedo hacer otras cosas, entreno todos los días, mantengo contacto con mis compañeros de la escuela militar…. Este año que me alejé de ella me haayudado mucho, ahora siento que tengo vida. Pero tampoco voy a negar que sí la extrañé… ¡demonios! ¡La extrañé mucho! En fin… Me tranquilizó mucho enterarme por Iris que Sucrette aún no estaba saliendo con nadie, aunque los pretendientes no le faltaban. Supe que había hecho muy buenas migas con los gemelos nuevos. Se llevaba bien con Nathaniel, a las mil maravillas pero sobre todo con Lysandro… a migusto demasiado bien. Aunque no les culpo, ella es una chica encantadora, algo inquieta que va de pasillo en pasillo, pero muy buena persona…no lo sabré yo… siempre fue atenta conmigo en nuestro antiguo instituto, ella estaba siempre para mí cuando me intimidaban o me gastaban malas bromas. Al volver de la escuela militar me dije que ya no volvería a ser el mismo… pero me alegró mucho que mis viejoshábitos fueran más fuertes. Al menos esta vez, realmente me sentí aliviado.
-¿Qué dibujas?- Sucrette estaba junto a Violeta en uno de los asientos disponibles en el patio del instituto.
- La entrada del jardín- dijo Violeta señalando el lugar.
-Guauuu… Violeta ¡está quedando igual! ¡Deberías pensar en estudiar alguna carrera que tenga relación con el dibujo!- la chica de cabello negro violáceoobservaba con fascinación el dibujo de su amiga.
-Gra-gracias…mi madre me ha dicho lo mismo- sonrió algo apenada Violeta.
-… es por eso que… ¿Hey? ¿Hay alguien ahí?- Iris agitaba la mano tratando de captar la atención de quien estaba delante suyo.
-Ah! lo siento, no estaba prestando atención a lo que me has dicho Iris- Kentin dejó de observar a Sucrette para voltear a Iris.
-jeje… no hascambiado tanto Kentin – Iris comenzó a reír suave frente a la expresión del castaño.
-N-No sé de qué me hablas-argumentó algo molesto y mirando a un costado.
- Bien, olvidemos lo que he dicho. Ahora sí presta atención al trabajo, ¡tenemos que entregarlo antes del quinto periodo!- dijo la chica señalando su cuaderno de notas.
Había finalizado el quinto periodo y los estudiantes se disponían acambiar de Aula. Kentin era el penúltimo en salir cuando un ruido llamo su atención antes de que pudiera cruzar la puerta del salón de clases. Al voltear vio a una aproblemada Sucrette tratando de cargar tantos libros como podía y a su vez recoger los que había tirado.
-He! Deja que yo te ayudo – se acercó rápido y recogió los libros que estaban en el suelo.
-Gracias Ken…tin!- lo último lo dijo a todavelocidad para no enfadar al chico.
- No me las des… trae acá, llevas demasiado libros tu sola… ¿Eres la encargada de hoy?- Kentin tomó la mayoría de los libros que llevaba la joven.
- Síp, el señor Ferrés me ha encargado que lleve los libros. Ah! ¡Pero te los estas llevando casi todos! – miró los cinco libros que estaba cargando ella y los que él llevaba.
- ¿Qué tiene de malo? Deja que yolleve todos estos, pesan mucho para ti sola. Además no me molesta ayudarte- le dedicó una sonrisa al finalizar esa frase.
-aah… bueno, si tu quieres… - parpadeo algo perpleja por esa sonrisa y alzó sus hombros tratando de restarle importancia al color que se había subido a sus mejillas.
Encaminaron sus pasos hacia el Aula B y distribuyeron los libros a los estudiantes que ya estaban sentados en...