A La Sombra De Lo Que Llamamos
Tradicionalmente se quiere limitar el surgir de las primeras reflexiones sobre el crimen en la sociedad burguesa al pensamiento reformador del siglo XVIII y a las obras de los iluministas en temas de legislación penal. Elección viciada por el reduccionismo: se termina por dirigir la atenciónsólo a algunos autores -Beccaria en Italia, Benrham en Inglaterra, Hommel en Alemania, por ejemplo, o sea a los autores más directamente comprometidos en los problemas de legislación criminal- y por limitar el interés únicamente a los problemas político-jurídicos relacionados con la codificación, el proceso penal, las garantías del imputado, etc. En efecto, la producción criminológica delliberalismo clásico debe, por lo menos, comenzar por las obras de Hobbes y puede ser comprendida sólo a través de una lectura que recorra transversalmente todo el pensamiento políticofilosófico de los siglos XVII y XVIII.
La transición de la sociedad feudal a la capitalista supuso un cúmuloimportante de modificaciones. Las primeras formas de conocimiento criminológico datan de aquella época. Seidentifican con conquistas de la clase burguesa en el momento en que ésta estaba asumiendo el papel declase política dominante. En la elaboración de este “nuevo orden” se requieren mecanismos que permitan la legitimación y el control social. La producción criminológica del liberalismo clásico datade las obras de Hobbes y atraviesa en forma transversal los siglos XVII y XVIII.
En el marco de laafirmación de la libertad civil, a la vez que por medio del contrato social se pretende limitar el poder del rey soberano se requieren mecanismos para garantizar el orden social. El desarrollo del Libre Mercado determina una minoría de los medios de producción frente a una mayoría de no propietarios (proletarios).
La criminología y la reflexión político jurídica deberá dar cuenta de esta realidad. Surgennuevos problemas en torno a la necesidad de contener a esta clase proletaria cada vez mayor. Se busca crear mecanismos de control de demandas y de diciplina para que no sean potenciales focos de desestabilización política y económica. Existen dos frentes para afrontar las demandas referidas. El primer aspecto es el de la reforma penal y procesal. La legislación del poder punitivo encuentra...
Regístrate para leer el documento completo.