A llorar como terapia

A LLORAR COMO TERAPIA
Zenair Brito Caballero britozenair@gmail.com
A pesar que con frecuencia se oye hablar de las bondades de la cristaloterapia, la aromaterapia, la frutoterapia, la musicoterapiay la equinoterapia, no obstante haber existido desde siempre el tradicional recurso de las lágrimas para desahogar los grandes dolores del cuerpo y las penas del alma, sólo hasta hace poco tiempoempezó a conocerse un discurso psicológico alusivo a la lagrimoterapia. Coincidiendo con nuestra condición antropológica, sociológica y cultural de raza romántica y hasta pseudo-romántica, debido alacendrado machismo que ha caracterizado nuestro desenvolvimiento histórico, a los hombres les han prohibido llorar, porque dizque esa función sólo le queda bien a las mujeres representadas por suprototipo “Llorónica Castro”, ya que según Baltasar Gracián, “Más puede una lágrima mujeril que toda la sangre que derramó el valor”. Curiosamente, a once años de haber comenzado el siglo XXI, losespecialistas en medicina, psicología y comportamiento humano empiezan a recomendar las lágrimas como “antidescongelante del alma”, más si pueden beberse para aprovechar las dosis de encefalina y morfina quecontienen los 200 litros de esa sustancia acuosa que produce un ser humano en desarrollo de un ciclo vital promedio de 70 años, porque a la cantidad de lágrimas que genera el organismo para lubricar losojos, o para responder a estímulos externos como una picada de cebolla, se suman las producidas para descargar emociones alegres o tristes que son las que poseen la composición química analgésica queinvita a anegarnos en un mar de llanto, o en un valle de lágrimas. Si por algunas razones demasiado recónditas las lágrimas inhiben el deseo sexual, (de no ser que se trate de un sádico), por otrasrazones las lágrimas están hechas para curar, hasta el punto de creerse que las comisuras de los pómulos son los canales previstos por la naturaleza para que las lágrimas se deslicen directamente...