A mi madre
Puesto Alumna C.E. Grado Asesores : PRIMER LUGAR (Empate) : GIRALDO SIANCAS, Maissa Yahaira (Maya) : Juan Espinoza Medrano – Apurimac - Andahuaylas : 1° de Secundaria : César Herbas / Arminda Palomino Naveros edro Quispe Huaraca, de 52 años de edad era el capataz de todo un grupo de trabajadores provenientes en su mayoría de los poblados y comunidades cercanas a Andahuaylas.Analfabeto, natural de la comunidad de Argama en el distrito de Pacucha, hombre fornido y curtido por el tiempo, el clima y las labores efectuadas a lo largo de su aventurada existencia. Era el típico poblador de esas comarcas, rostro cetrino, nariz aguileña, callos en las manos, fuertes músculos que denotaban los duros trabajos a los que estaba habituado. Vestía pantalón grueso, tosco, confeccionadode bayeta, color plomizo claro, camisa a cuadros, rojizo; un poncho muy grueso color nogal, sombrero negro y las infaltables ojotas que pese al frío tenía que llevar irremediablemente, en vista de que la compañía que estaba encargada de la construcción del trabajo carretero entre Andahuaylas y Abancay, no les proporcionaba materiales como por ejemplo un par de botas de jebe, especial para la épocade lluvias. Además, él y su grupo habían sido reclutados a la fuerza por las autoridades de Andahuaylas para que trabajen en “Acción Cívica”. Corrían los primeros años de la década del cuarenta. Se encontraban en la zona denominada “La Cabaña”, lugar ubicado casi a la mitad del tramo en construcción. Extensa puna, donde el frío arreciaba más que en otros lugares. La densa neblina no dejabavislumbrar lo que había delante, ni a dos metros de distancia, era muy peligroso trabajar en esas condiciones. Muchos trabajadores ya habían perdido la vida al desbarrancarse. -¡Rapitu uceosos! Pronto cairá la llovia y tindrimos qui parar il trabajo por uy día, mañana vendrán visita los enginieros, no quiro quidar mal, pes! Perdo, agarrando un largo zurriago en la disestra, animaba a los “carreteros”para aligerar su labor. En muchas ocasiones se producían disputas, en especial por el reparto del alcohol y la coca pues sin essos ingredientes no ponían muchas ganas en la faena, aun más: no querían trabajar. Podría escasear la comida y el abrigo, pero que faltara el trago y la hoja de coca para “chacchar”, no era permitido por los rudos campesinos. -Tayta Pidro, más cuca pi’, puco tragetu más, nupoidimos trabajar asé- Los carreteros exigían más alcohol y coca que les daba fuerzas y ánimo para la labor. -¡Uy Tunas no sias jodedo, anda un más trabaj!- fue la respuesta inmutable de capataz, solía repetir hasta el cansancio “yu ya cunosco a me Cinti”. Tomás Huamán era el lugarteniente de Pedro, hombre noble y sincero, siempre reclamaba los derechos de todos y por eso se ganó la enemistad delcapataz y de las autoridades. Ya en varias ocasiones había sido encerrado y castigado en la cárcel de Abancay, “para que no caliente la cabeza al campesino ignorante”. Sin embargo por su liderazgo sobre la masa, siempre era devuelto al lugar de trabajo, motivo que aprovechaban las astutas autoridades para acelerar el avance del tramo carretero. Era una disputa, una rivalidad a manera de concurso,querían demostrar quién trabajaba más rápido, quién era “más machu, m´s hombri” si los abanquinos en el frente que les correspondía o os andahuaylinos, por su lado. Una de esas mañanas, cuando todos esperaban un día rutinario como siempre y nada hacía adivinar que sucedería algo especial, en la distancia por entre los débiles rayos solares y en medio del pajonal, divisaron una firma humana. Muylejos aún para poder determinar de quién se trataba. Conforme avanzaba, comenzó a distinguirse su figura juvenil y femenina. Los carreteros hicieron un alto en su labor dejando al lado los picos y palas, esforzándose por ver quién sería. -Uy, meren quin sirá. Parece mujir di taytacha inginiro- dijo uno de ellos.
P
-Sunsu maqtacha. Nunca mujir grenga u bonita un sir mujer inginiro- respondió...
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