A Remedios Le Gustaba Estar Desnuda

A Remedios le gustaba estar desnuda, pues era la única forma en que podía encontrarse consigo misma. Y no sólo andaba desnuda en su habitación, sino desnuda en la calle, emocional y mentalmente, para mostrarse tal cual era.

A veces quería ser como esas mujeres de los libros, hermosas y calladas, rodeadas del halo mágico que les otorga el silencio, pero ella no era así, y pensaba que sería aúnmás interesante el enigma que la hacía desnudarse, el misterio que encerraba su total desnudez y entrega.

Le gustaba lo mismo llorar que reír y creer todas las historias que veía en las películas, adoraba aquellas en las que una mujer era el centro de atención y el pretexto perfecto para husmear, criticar y condenar la vida que llevaba.

Dormía en un cuarto oscuro, rodeada de muñecastétricas que le recordaban su gusto por la muerte, a veces jugaba con ellas y las peinaba. Todas eran sus hijas y a cada una las llamaba por nombre. Le gustaba escribir, aunque en este momento había olvidado lo que quería escribir y sólo escribía lo primero que se le venía a la mente.

Sus amantes eran todos iguales, tenían la frente alta y despejada, el cabello negro y los ojos amenazantes, parecíanestar siempre enojados y cuando hacían el amor gemían como muriendo, entraban como bestias, se movían con gracia y olvidaban lo que ella sentía.

En más de una ocasión quiso ser hombre para enamorarse como ellos, para amar una y otra vez y olvidar entre cama y cama la traición de una desgraciada que no quiso quererlos; pero Remedios era mujer, y aunque brincaba de sábana en sábana, los recuerdosse le agolpaban en la memoria y sólo hacía el amor con un hombre que se materializaba en distintos cuerpos.

Sus amantes eran iguales, igual a él, eran él. A veces la descubrían y se daban cuenta que no era a ellos a quienes besaba sino a otro, a un fantasma que caminaba sombrío dentro de los ojos rasgados de Remedios. Nunca se atrevieron a preguntarle su nombre ni cómo lo había conocido. ¿Paraqué lo harían? ¿Para despertar celos inútiles, para arrancarla de aquellos valles en los que corría desnuda junto a él?

A Remedios se le amaba con la imaginación y el imaginar su pasado era mejor que cualquier pregunta, a muchos les dolía amar a una muerta, una muerta que sólo estaba viva en aquellos recuerdos, pero aguantaban, y lo hacían porque la amaban, porque no podían dejar de mirarla ybesarla cada vez que la encontraban desnuda.





Desnudo estaba él, Bernardo, observando la espalda de la mujer con quien acababa de acostarse, ese juego le estaba resultando incómodo, al principio era excitante llevarse a la cama a todas las mujeres que le gustaban, sin embargo, el cortejo que implicaba convencerlas era ya un verdadero fastidio.

¿Qué ganaba enredándose con todas? Quizádar rienda suelta a su lujuria y servirse de aquellos cuerpos extraños para no tener que instalarse en uno sólo, su experiencia le había hecho ver que la costumbre mata cualquier atisbo de amor, entonces, para qué acostumbrarse, peor aún, para qué enamorarse.

Su casa era sombría pero lo era más su habitación, no tenía muchos muebles, su escasa cama era más bien un sillón, su clóset un baúl y suscortinas un atado de finos palos de madera, sin embargo, todo estaba decorado con tan buen tino que hasta daba gusto estar ahí encerrado.

Le gustaba la música y por eso había decidido dejar la arquitectura para convertirse en baterista, algunos decían que ya era de los grandes, sin embargo, él sabía que aún le faltaba un largo camino por recorrer. Era fan de Los Ramones y le gustaba muchoNueva York, aunque claro, no tanto como una mujer desnuda.

Ésta, como todas, no se parecía a ella. Ésta era demasiado delgada para parecérsele, aquella, la indeseable, era voluptuosa. No le gustaba verla desnuda porque su cuerpo sin ropa lo hacía vulnerable, su belleza lo desarmaba, su generosidad en la cama lo volvía dócil.

Había días en que la recordaba, justamente cuando descubría en otras...