a seguro se lo llevaron preso

A SEGURO SE LO LLEVARON PRESO

Por Fernando Amato y Mariana Caviglia


"Inseguridad" es un término reciente, noventista, vinculado con las consecuencias más nefastas del neoliberalismo. Es, también, una bandera que enarbola la derecha en reclamo de mano dura. Pero no es un arma de los pobres contra los ricos. Inseguridad no distingue colores ni clases


Hace añares que la Argentina no esun país seguro y que ese pacto de mínima felicidad, convivencia y utopía personal que define a toda sociedad, como dice el ensayista Nicolás Casullo, se encuentra amenazado por la muerte, por la cancelación de esa vida comunitaria en la cual son los hijos los que entierran a los padres y no al revés. (…)

Si partimos de una concepción miope de la inseguridad -esa idea que se volvió hegemónicaal calor de la implementación de las políticas neoliberales y que la concibe sólo como una cuestión de delincuencia y criminalidad-, antes había menos: en 1990 los hechos delictivos fueron 560.240 y cuando Menem dejó la presidencia, en 1999, habían ascendido a 1.062.241. Pero la crisis que fue consecuencia de las políticas menemistas agudizó aún más la situación y llevó al récord de delitoscometidos en nuestro país en 2002: 1.340.529. (…)

…La inseguridad es también, y ante todo, la ausencia de certidumbres y la clausura de horizontes futuros producto de la transformación estructural que generaron las políticas socioeconómicas aplicadas de aquel tiempo a esta parte, de sus devastadores efectos, esos que produjeron la ruptura del lazo social, la intolerancia y esa desconfianza que nosvuelve a todos sospechosos. (…)

…Decir que antes no había delitos ni existía sensación de inseguridad alguna no podría resultar más que una falacia. En todo caso, lo que antes no había era una politización de la problemática de la inseguridad: "Porque a comienzos de la democracia -agrega Kessler- los datos muestran como más temerosas a las mujeres, la población del conurbano más humilde y losvotantes de la derecha. Pero las mujeres, por ejemplo, siempre fueron educadas con temor, por lo cual su miedo no generaba una reacción política. La cuestión se modifica y se politiza cuando los varones de clase media y media alta empiezan a tener miedo. Por otra parte, entre fines de los 80 y el comienzo del gobierno de Menem, las figuras de la inseguridad mutan de la “mano, de obra desocupada” a“los pibes chorros”, que endilga a un estilo de corporalidad y estética propia de una franja de jóvenes populares, el estigma de una figura amenazante y potencialmente delictiva". (…)

Fue también desde los 90 que esa sensación de inseguridad ya impregnada en toda la sociedad no dejó de crecer. Y tal vez restituirle a la problemática el sentido amplio que aquel único sentido intenta mantener en elolvido permita comprender por qué esa sensación, que se materializa en el miedo acentuado a ser víctimas de un delito, caló tan profundo, independientemente de la amenaza real de la violencia; por qué mientras los índices de delito no sufrieron grandes variaciones en los últimos tiempos (incluso disminuyeron: en 1997 un 42 por ciento de la población porteña fue víctima de robos y en 2003, lo fue un37,5), esa sensación se convirtió en la brújula urbana de todos y cada uno. Miedos difusos, miedos silenciados. Miedos presentes y pasados. (…)

El año pasado, en una entrevista televisiva sobre los miedos, el escritor Eduardo Galeano decía que antes de llegar a Buenos Aires, los relatos y las imágenes transmitidas en los medios sobre la ciudad hacían parecer que el lugar se había vueltoinhabitable, tierra de nadie, y que los medios de comunicación tenían una importante responsabilidad en la construcción de ese imaginario del miedo, que el miedo es una industria y que generando miedos se generan coartadas perfectas. (…)

Para Mayer, la dicotomía entre la construcción de cárceles o escuelas es falsa: “En lo inmediato el problema no se resuelve ni con unas medidas ni con otras. Por...