A Traves Del Nido De Ghants
TAD WILLIAMS
NOTA DEL AUTOR
Y la muerte no tendrá poder.
Los hombres muertos y desnudos serán
como el hombre en el viento y en la luna de occidente;
cuando sus huesos estén pulidos y ni éstos existan,
en sus codos y pies habrá estrellas.
Aunque enloquezcan, estarán cuerdos,
aunque se hundan en el mar, volverán a emerger;aunque los amantes se pierdan, amor no desaparecerá,
y la muerte no tendrá poder...
Dylan Thomas
(deY la muerte no tendrá poder)
Di la verdad, pero dila con tacto;
el éxito está en el rodeo.
Demasiado resplandeciente para nuestra debilidad
es la soberbia sorpresa de la verdad.
Suavizada cual relámpago para los niños
con amable explicación,
laverdad debe deslumbrar poco apoco,
o todo hombre quedaría ciego.
Emily Dickinson
Esta obra está dedicada a mi madre, Barbara Jean Evans, que me inculcó el deseo de buscar otros mundos y de compartir con los demás lo que en ellos encontrara.
A través del nido de ghants,que es un pequeño mundo de angustias y de alegría, se lo dedico a Nancy Deming-Williams, con mucho, mucho cariño.Muchas son las personas que aportaron su ayuda a estas obras, desde las sugerencias y el apoyo moral hasta unos cruciales conocimientos de logística. Eva Cumming, Nancy Deming-Williams, Arthur Ross Evans, Andrew Harris, Paul Hudspeth, Peter Stampfel, Doug Werner, Michael Whelan, el amable equipo de DAW Books y todos mis amigos de GEnie® constituyen sólo una pequeña muestra de quienes meayudaron a terminar La Historia Que Por Poco Acaba Conmigo.
Mi especial agradecimiento es para Mary Frey, que hizo un tremendo acopio de energía y de tiempo para leer y —a falta de una expresión mejor— analizar el monstruoso original. Fue ella quien me estimuló cuando yo de veras lo necesitaba.
Y, desde luego, las contribuciones de mis editores, Sheila Gilbert y Betsy Wollheim, son de unvalor incalculable. El gran interés demostrado es... culpa suya, y aquí tienen, por fin, su bien merecido castigo.
Mis más cordiales gracias a todos los mencionados y a todos los demás amigos e incondicionales a los que, aunque no los nombre, no dejo de recordar.
Nota: Al final del libro hay un índice de personajes, un glosario de términos y una guía para la pronunciación.Prólogo
Guthwulf, conde de Utanyeat, movía los dedos de aquí para allá sobre la gastada madera de la gran mesa de Juanel Presbítero, preocupado por la anormal quietud. Aparte de la ruidosa respiración del copero del rey Elías y del choque de las cucharas contra los cuencos, el espacioso salón estaba en silencio..., mucho más de lo que habría debido estarlo cuando casi una docena de personastomaban allí su cena. El silencio le parecía doblemente opresivo al ciego Guthwulf, si bien no tenía por qué resultar tan raro: esos días sólo unos cuantos comían en la mesa del rey, y quienes acompañaban a Elías parecían cada vez más ansiosos por marcharse sin tentar a la suerte con algo tan arriesgado como una conversación de sobremesa.
Unas semanas antes, un capitán mercenario llamadoUlgart, procedente de las Praderas Thrithing, había cometido el error de bromear acerca de lo ligeras que eran las mujeres de Nabban. Tal opinión era corriente entre los hombres thrithingos, que no comprendían que una mujer se pintase la cara y llevara vestidos que permitieran enseñar lo que, a juicio de los habitantes de los carromatos, era una desvergonzada cantidad de carne desnuda. La groserachanza de Ulgart habría pasado inadvertida en compañía de otros hombres, y, dado que eran pocas las mujeres que aún residían en Hayholt, únicamente varones se hallaban sentados a la mesa de Elías. Pero el mercenario había olvidado —o quizá ni siquiera lo sabía— que la esposa del Supremo Rey, muerta por una flecha thrithinga, era una noble nabbana. Cuando fue servido el postre, consistente en...
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