a una nueva melodia, una nueva cancion
Hay más aún. A fin de encontrar trabajo para todos los improductivos de la sociedad actual, a fin de dejar la maquinaria industrial desarrollarse indefinidamente, la clase obrera deberá, como la burguesía, violentar sus gustos ascéticos, y desarrollar indefinidamente sus capacidades de consumo. En vez de comer por día una o dos onzas de carne dura como elcuero -cuando las come-, comerá sabrosos bifes de una o dos libras; en vez de beber moderadamente un vino malo, más católico que el Papa, beberá bordeaux y borgoña, en grandes y profundas copas, sin bautismo industrial, y dejará el agua a los animales.
Los proletarios han resuelto imponer a los capitalistas diez horas de forja y de refinería; allí está la gran falla, la causa de los antagonismossociales y de las guerras civiles. Es necesario prohibir el trabajo, no imponerlo. A los Rothschild, a los Say se les permitirá probar haber sido, durante su vida, perfectos holgazanes; y si juran querer continuar viviendo como perfectos holgazanes, a pesar del entusiasmo general por el trabajo, se los anotará y, en sus ayuntamientos respectivos, recibirán todas las mañanas veinte francos para suspequeños placeres. Los conflictos sociales desaparecerán. Los rentistas, los capitalistas, etc., se unirán al partido popular una vez convencidos de que, lejos de querer hacerles daño, se quiere por el contrario desembarazarlos del trabajo de sobreconsumo y de despilfarro, por el que han estado oprimidos desde su nacimiento. En cuanto a los burgueses incapaces de probar sus títulos de holgazanes,se les dejará seguir sus instintos: existen bastantes oficios desagradables para ubicarlos -Dufaure limpiará las letrinas públicas; Galliffet matará a puñaladas a los cerdos sarnosos y a los caballos hinchados; los miembros de la comisión de gracias, enviados a Poissy, marcarán los bueyes y carneros a ser sacrificados; los senadores serán empleados de pompas fúnebres y enterradores. Para otros,encontraremos oficios al alcance de su inteligencia. Lorgeril y Broglie taparán las botellas de champaña, pero se les cerrará la boca para evitar que se emborrachen; Ferry, Freycinet y Tirard destruirán las chinches y los gusanos de los ministerios y de otros edificios públicos. Será necesario, sin embargo, poner los dineros públicos fuera del alcance de los burgueses, por miedo a sus hábitos...
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