A veces escupo

A veces escupo sobre el retrato de mi madre
Fragmentos de un diario

DÍA 1

No puedo escribir. Debería ser fácil; tengo tiempo libre, mucho tiempo libre, pero no encuentro el motivo, el qué, el “subject” podríamos decir. Nada me parece tan interesante como para convertirse en el eje de un relato, y si encuentro algo que a primera vista podría parecerlo al poco tiempo el interés se diluye con unarapidez desoladora.

Esta mañana el teléfono sonó en forma insistente; me levanté un poco dormido aun y atendí. Era mi madre. Cuando escuché su voz que sin decirme siquiera buen día me preguntaba si le había comprado el queso descremado que comía habitualmente comprendí que algo no estaba bien; no porque fuera inusual en ella no saludar y pasar directamente al tema de su interés, sino porque mimadre murió hace cinco años. Finalmente desperté con un dolor de cabeza muy intenso. Me sucede cada vez que sueño con ella; es decir que mis migrañas matinales son muy frecuentes.
Luego de dos tazas de café y de unos analgésicos que cada vez tardan más en hacer efecto traté de escribir algo. Imposible, nada, ni una línea, al menos ni una línea con sentido. A lo largo de muchos años de lectura hecomprobado que un buen escritor no tiene por qué tener un tema importante del cual hablar; lo importante es el cómo, no el qué; la historia puede ser una banalidad absoluta pero si la narra un gran escritor uno no puede dejar de leerla con fruición. El problema es que yo no soy un gran escritor y por lo tanto debo encontrar un gran tema. Pero no se me ocurre ninguno.

DIA 2

Serán laspreocupaciones las que mantienen mi cabeza ocupada, intoxicada con un ruido que no cesa y que no deja espacio para la creación. Justo ayer recordé una historia que alguien me contó, o que leí en algún lado, no estoy seguro; trataba de un psicólogo que en una sesión grupal levantó un vaso con agua y cuando todo el mundo esperaba que preguntara si veían el vaso medio lleno o medio vacío el tipo preguntó:-¿Cuánto pesa este vaso?-. Los pacientes respondieron con cálculos hechos al azar que oscilaban entre doscientos y doscientos cincuenta gramos. Una vez que todos aventuraron una cifra, el psicólogo respondió: -"El peso absoluto no es importante, depende de cuánto tiempo lo sostengo. Si lo sostengo un minuto, no es problema, si lo sostengo una hora, me dolerá el brazo, si lo sostengo un día, mi brazo seentumecerá y paralizará. El peso del vaso no cambia, pero cuanto más tiempo lo sujeto, más pesado, más difícil de soportar se vuelve. Las preocupaciones son como el vaso con agua. Si piensas en ellas un rato, no pasa nada. Si piensas un poco más empiezan a doler y si piensas en ellas todo el día, acabas sintiéndote paralizado, incapaz de hacer nada”.-

Una historia didáctica, instructiva sin duda, deesas que no sirven para nada. En fin, que este es otro día perdido.

DÍA 3

Otra vez el dolor de cabeza. Acabo de escuchar en la radio que el Papa dijo en una entrevista que conoció a muchos marxistas que eran buenas personas; mi migraña se incrementa cuando escucho algunas cosas y para colmo estamos en vísperas de navidad, una época en la que se hace difícil eludir la estupidez colectiva.Quiero escribir sobre eso, sobre la navidad y la estupidez; es un buen tema sin duda, tal vez un poco impopular pero uno no puede quedar bien con todo el mundo. Quién duda ya de que la navidad no tiene nada que ver con el nacimiento de Cristo; yo soy ateo, pero aún si no lo fuera me daría cuenta de que estas fechas son la fiesta máxima del capitalismo, el paroxismo del consumo. Lo que se ve en lascalles es deplorable; la gente muestra niveles de agresividad más altos que en los meses anteriores; de mal humor, apurados, desesperados por comprar, sometidos a un calor agobiante que se incrementa año tras año, se llevan todo por delante como una manada de rinocerontes. Es mejor no salir a la calle para no mezclarse con esta turba embrutecida y manipulada.
Mi dolor de cabeza no cede y acabo de...