A vueltas con el Espíritu y la Materia

A VUELTAS CON EL ESPÍRITU Y LA MATERIA
Para situar el problema, partiré de que el hombre está solicitado por dos realidades bien diferenciadas: una es la realidad física (el Universo material) en la que, junto a la realidad exterior al hombre, quedan incluidos él mismo y su propia realidad interna, formada por los hechos fisiológicos (materiales) y por los hechos psicológicos que, aunqueinmateriales, están relacionados de alguna forma con la materia e incluso supeditados a ella.
Junto a esta realidad material, el hombre está inmerso en otra realidad inmaterial, la realidad del espíritu que comprendería tanto el ser y los hechos divinos (Dios), como el ser y la actividad del alma humana en los tres ámbitos que conforman su intimidad o mundo íntimo: el ámbito afectivo (ilusiones,sueños, afectos, fantasías…), el volitivo (apetitos, deseos, pasiones,…) y el intelectual o racional (pensamientos, saberes y creencias).
La controversia surge porque hay científicos que aceptan este esquema y otros que rechazan la realidad espiritual, negando la existencia del ser y los hechos divinos y reduciendo los hechos del alma a simples hechos fisio-psicológicos.
Cualquiera es libre derechazar que la realidad espiritual exista; incluso de considerar que admitir su existencia constituye una superchería peligrosa para el individuo y la sociedad. Lo inadmisible es la extralimitación que supone negar su existencia invocando resultados científicos que no le son aplicables y que, además, son fragmentarios y, a veces, pintorescos.
El investigador estadounidense Benjamin Libet determinóque “el sentimiento de que se ha realizado un movimiento intencionado se produce exactamente 350 milésimas de segundo después de haberlo realizado”. Apoyándose en estos resultados, el, Dr. Wolf Singer, del instituto Max Planck, escribe: “nosotros somos los últimos que se enteran de lo que nuestro cerebro tiene la intención de hacer”. Si “nosotros” podemos hablar de “nuestro” cerebro y enterarnosde sus intenciones, nosotros, nuestro cerebro y sus intenciones somos cosas distintas. Por otra parte, no puede negase la existencia del color porque la lesión de una porción cerebral impida percibirlo; el cerebro no crea, sino que percibe el color. De no ser así, nada existe, pues los ciegos no lo pueden ver ni los sordos oír.
Si la activación de una zona cerebral puede provocar una“experiencia espiritual”, es que el espíritu existe; además, una emoción, un recuerdo, un sentimiento, también pueden modificar la actividad cerebral. La termodinámica pone las mismas dificultades al espíritu para actuar en la materia que a la materia para actuar en el espíritu.
Mientras la física moderna parece hacer cada vez más verosímil la existencia de una realidad “inmaterial”, hay científicosempeñados en “defender” un materialismo que “reduce” todo ser a la materia. Pero la teoría de la relatividad ha demostrado que las leyes de la mecánica y termodinámica clásicas son insuficientes para explicar “toda la realidad” y ha establecido que hay otra realidad posible. Por su parte la física subatómica demuestra experimentalmente que la realidad material no es tan “material” como podría parecer.El descubrimiento de las entidades inmaterializadas en las partículas subatómicas, en las que parece residir el trasfondo ontológico de las leyes de la naturaleza, nos pone ante una realidad en la que, en el mismo instante y en el mismo punto espacial pueden coexistir infinidad de estas entidades, y cada una de ellas puede encontrarse simultáneamente en infinitos puntos del espacio. Piénsese, sino, en una emisión de radio o televisión; el sonido y la imagen sor percibidos simultáneamente en todos los puntos posibles del espacio, y basta con cambiar la sintonía para que, en el mismo punto, puedan ser percibidos otros muchos sonidos e imágenes.
Por otra parte, dar por verdad que “la realidad espiritual no existe”, basándose en que la ciencia no puede demostrarla, es una aceptación...