a
Páginas: 5 (1221 palabras)
Publicado: 24 de enero de 2015
Levantar y redimir a los hombres caìdos era el gozo de nuestro Salvador. Por esto noconsiderò su vida preciosa sino sufriò la cruz menospreciando la ignominia. Asì los àngeles estàn siempre empeñados en trabajar por la felicidad de otros; esto es su gozo. Lo que los corazones egoìstas considerarìan servicio humillante, ayudar a los perdidos, en todo sentido inferiores a ellos en caràcter y jerarquìa, es el trabajo de los àngeles que no han pecado. El espìritu que poseeràn los discìpulosde Cristo, la obra que haràn.
Cuando el amor de Cristo està atesorado en el corazòn, como dulce fragancia no se puede ocultar. Su santa influencia la percibiràn todos aquellos con quienes nos relacionemos. El espìritu de Cristo en el corazòn es como un manantial en el desierto, que fluye para refrescar todo lo que hay en su rededor ;y despertar, en aquellos que perecen, ansias de beber delagua de la vida.
El amor a Jesùs se manifestarà en el deseo de trabajar como èl trabajò por la felicidad y elevaciòn de la humanidad. Nos inspirarà amor, ternura y simpatìa por todas las criaturas que gozan del cuidado de nuestro Padre celestial.
La vida terrenal del Salvador no fue una vida de holgura y de devociòn agoìsta, sino que trabajò con un esfuerzo persistente, diligente e incansablepara salvar a la perdida humanidad. Desde el pesebre hasta el Calvario siguiò la senda de la abnegaciòn y no rehusò tareas arduas, duros viajes y penosìsimo cuidado y trabajo. Dijo: "El Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos." (Mateo 20:28). Este era el gran objeto de su vida. Todo lo demàs fue secundario y accesorio. Su comida y subebida fue hacer la voluntad de dios y acabar su obra. No habìa amor propio ni egoìsmo en su trabajo.
Asì tambièn los que son participantes de la gracia de Cristo haràn cualquier sacrificio para que otros por los cuales èl tambièn muriò, participen de este don celestial. Haràn cuanto pueden para que el mundo sea mejor por su permanencia en èl. Este espìritu es el fruto seguro del almaverdaderamente convertida. Tan pronto como viene uno a Cristo, nace en el corazòn el ardiente deseo de comunicar a otros que ha encontrado un amigo maravilloso en Jesùs; porque la verdad salvadora y santificadora no puede permanecer encerrada en el corazòn. Si estamos revestidos de la justicia de Cristo, henchidos de gozo por la presencia de su Espìritu, no podremos callar. Si hemos probado y visto que elSeñor es bondadoso tendremos algo que decir a otros. Como Felipe cuando encontrò al Salvador, invitaremos a otros a ir a èl. Trataremos de presentarles los atractivos de Cristo y las invisibles realidades del mundo venidero. Anhelaremos ardientemente seguir en la senda que recorriò Jesùs. Desearemos que los que nos rodean contemplen "al Cordero de Dios que quita el pecado del mundo". (Juan 1:29).
Yel esfuerzo que hacemos para bendecir a otros se tornarà en bendiciones para nosotros mismos. Este fue el propòsito de Dios al darnos una parte para hacer en el plan de la redenciòn. Ha concedido a los hombres el privilegio de ser participantes de la naturaleza divina y a la vez de difundir bendiciones para sus semejantes. Este es el màs alto honor y el mayor gozo que dios ha conferido a loshombres. Los que asì participan en trabajos de amor se acercan màs a su Creador.
Dios podrìa haber encomendado el mensaje del Evangelio y toda la obra del ministerio de amor a los àngeles del cielo. Podrìa haber empleado otros medios para llevar a cabo su obra. Pero en su infinito amor nos hizo colaboradores con èl, con Cristo y sus àngeles para que pudièran participar de la bendiciòn, el gozo y...
Leer documento completo
Regístrate para leer el documento completo.