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Páginas: 74 (18411 palabras) Publicado: 9 de noviembre de 2015
Matador de gigantes
A. Bertram Chandler
Astounding Science Fiction, octubre


Shrick debería de haber muerto antes de que sus ojos de bebé se abrieran a este mundo. Shrick debería de haber muerto, pero Weena, su madre, había determinado que él, de entre todos sus hijos, debería vivir. Tres veces antes, desde que se había emparejado con Skreer, había parido, y, en cada ocasión, el viejo y grisSterret, Juez de los Recién Nacidos, había condenado a sus retoños como Diferentes.

Weena no tenía ninguna objeción que hacer a la Ley cuando no la afectaba a ella o a los suyos. Ella, tanto como cualquier otro miembro de la Tribu, disfrutaba los festines de carne fresca y sabrosa que seguían a la ritual matanza de los Diferentes. Pero si aquellos sacrificios eran el fruto de su propio vientre,ya no sentía lo mismo.

La cueva donde Weena esperaba la llegada de su señor permanecía en silencio. En silencio, si se exceptúa el sonido de su respiración y un ocasional llanto quejumbroso a cargo del recién nacido. E incluso esos sonidos quedaban engullidos por las paredes suaves y esponjosas y por el techo.

Sintió la llegada de Skreer mucho antes de que éste apareciera. Anticipó su primerapregunta y, mientras él entraba en la cueva, dijo en voz baja:
-Uno. Un macho.
-¿Un macho? -Skreer irradió su aprobación. Entonces, ella sintió que su talante cambiaba y se volvía dubitativo
-¿Es, es... ?
-Sí. Skreer cogió en sus brazos al cálido y diminuto ser. No había luz, pero él, como toda su raza, estaba habituado a la oscuridad. Sus dedos le dijeron todo lo que necesitaba saber. Elrecién nacido carecía de pelo. Las piernas eran demasiado rectas. y, lo peor de todo, tenía una masa grande y abultada por cabeza.
-¡Skreer! -la voz de Weena era ansiosa.¿Crees que... ?
-No hay duda alguna. Sterret le condenará por Diferente. -Pero...
-No hay esperanza -Weena sintió que su compañero temblaba, y oyó el leve y satinado rumor de su piel al hacerlo
-¡Su cabeza es como la de los gigantes!La madre suspiró. Resultaba muy duro, pero conocía la Ley. Sin embargo. ..Era su cuarto parto, y tal vez nunca conocería lo que era observar y esperar, con una mezcla de orgullo y terror, cuando sus hijos salían con los otros machos jóvenes para hacer una incursión en el territorio de los Gigantes y traer despojos de la gran Cueva-de-Comida, el Lugar-delas-cosas-verdes o, incluso, los preciososfragmentos de brillante metal del Lugar-de-vida-que-no-es-vida. Se aferró a una leve esperanza. -¿Su cabeza es como la de los gigantes? ¿Crees que podría ocurrir que los gigantes sean Diferentes? Lo he oído decir .
-Y si lo son, ¿qué? -Sólo esto. Tal vez crezca y se convierta en un gigante. Tal vez combata contra los otros gigantes por nosotros, su pueblo. Tal vez, ..
-Tal vez Sterret le dejevivir, eso es lo que quieres decir -Skreer emitió el sonido breve y desagradable que entre su pueblo hacía las veces de risa. No, Weena. Debe morir. y ha pasado mucho tiempo desde que comimos. ..
-Pero... -Ya basta. ¿ O quieres que proporcionemos comida también para la Tribu? ¡Tal vez yo quiera una compañera que me dé hijos sanos, no monstruos!

El Lugar-de-Reunión estaba casi desierto cuandoSkreer y Weena entraron, ella agarraba a Shrick con fuerza entre sus brazos. Había otras dos parejas más, cada una con recién nacidos. Una de las madres sujetaba a dos bebés que parecían normales. La otra llevaba tres, y su compañero tenía a uno de ellos.
Weena la reconoció como Teeza, y le dirigió una media sonrisa de simpatía cuando vio que el recién nacido que el compañero de Teeza llevaba seríacondenado, con toda certeza, por Sterret cuando decidiera aparecer. Pues era tal vez incluso más repugnante que su propio hijo Diferente, ya que tenía dos manos que surgían de los extremos de cada brazo.
Skreer se aproximó a uno de los otros machos, el que no sujetaba a ninguna criatura.
-¿Cuánto lleváis esperando? -preguntó. -Muchos latidos. Nosotros...
El guardia apostado en la puerta por...
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