Alea Jacta Est: El poder de una educación democrática
Educar o instruir?
Resulta muy fácil asociar estos conceptos como iguales, pero en el terreno empírico dichos resultados de estosconocimientos son oblicuos. Mientras en la instrucción, hay una pericia muy valorada como competencias duras en los mercados labores de nuestra sociedad neoliberal; la noción de educación, sin embargo,instala un énfasis en la valoración de una cierta autonomía para el aprendizaje, o sea, la comprensión de conocimientos interrelacionados y transversales que permitan que el sujeto se reconozca yconstruya nuevas realidades sociales.
Es aquí donde nuestra reflexión dirige sus dardos hacia un cambio de paradigmas, en tanto se trata de que los estudiantes puedan apropiarse conscientemente delaprendizaje para mapear no sólo contenidos del programa, sino que un empoderamiento hacia ciertas capacidades para decodificarlos. La trascendencia de este proceso podría ofrecer oportunidadesmaravillosas a un educando que busca nuevos escenarios con herramientas inmejorables para su constructo didáctico. Es allí donde el rol del docente tomaría un brío de observador y facilitador activo de laexperiencia y evaluador incondicional de procesos más que de resultados.
La autoestima del estudiante es crucial para avanzar en nueva cosmovisión pedagógica, tan necesaria para los desafíosvenideros. Lo esperado es que ellos y ellas puedan despejar dudas e incertidumbres de forma autónoma frente al objeto de estudio, puedan poner - una y mil veces - en jaque aquella apropiación, dejando comodice Humberto Maturana que “las preguntas pregunten”.
¿Hacia dónde va la micro?
Concebir que sólo el profesor esté en condiciones de evaluar el proceso educativo es una propuesta que debiera...
Regístrate para leer el documento completo.