C.S. Lewis
C.S. Lewis
INTRODUCCIÓN
Las cartas de Escrutopo aparecieron durante la segunda guerra alemana, en el desaparecido
Manchester Guardian. Espero que no precipitasen su defunción, pero lo cierto es que le hicieron
perder un lector: un clérigo rural escribió al director, dándose de baja como suscritor, con el
pretexto de que "muchos de los consejos que se daban enestas cartas le parecían no sólo erróneos,
sino decididamente diabólicos".
Por lo general, sin embargo, tuvieron una acogida como nunca hubiera soñado. Las críticas fueron
elogiosas o estaban llenas de esa clase de irritación que le dice al autor que ha dado en el blanco
que se proponía; las ventas fueron inicialmente prodigiosas (para lo que acostumbran venderse mis
libros), y se hanmantenido estables.
Desde luego, las ventas de un libro no significan lo que los autores esperan. Si se midiese lo que se
lee la Biblia en Inglaterra en función del número de Biblias vendidas, se cometería un grave error.
Pues bien, en una escala más modesta, las ventas de Las cartas de Escrutopo encierran una
ambigüedad semejante: es él tipo de libro que se suele regalar a un ahijado, que se lee envoz alta
en las residencias de ancianos. Es, incluso, el género de libro que, como he podido observar con una
sonrisa escarmentada, tiende a ser depositado en los cuartos de invitados, para llevar en ellos una
vida de ininterrumpida tranquilidad, en compañía de The Road Mender, John Inglesant[1] y La vida
de las abejas[2]. A veces se compra por motivos más humillantes todavía. Una señora queyo
conocía descubrió que la joven y encantadora enfermera en prácticas que, llenaba su bolsa de agua
caliente en el hospital, había leído Cartas. También averiguó por qué las había leído.
—Verá —le dijo la joven—; se nos advirtió que en las entrevistas de examen, después de las
preguntas de verdad, las técnicas, las matronas o los médicos preguntan, a veces, qué tipo de cosas
le interesan auna. Lo mejor es decir que se ha leído algo. Así que nos dieron una lista de unos diez
libros que suelen hacer bastante buena impresión, y nos dijeron que debíamos leer por lo menos
uno de ellos.
—¿Y usted eligió Cartas?
—Bueno, claro: era el más corto.
Con todo, una vez hechas todas las salvedades, el libro ha tenido un número suficiente de lectores
de verdad como para que valga la pena darrespuesta a algunos de los interrogantes que ha
suscitado entre ellos.
La pregunta más corriente es si realmente "creo en el Diablo".
Ahora bien; si por "el Diablo" se entiende un poder opuesto a Dios y, como Dios, existente por toda
la eternidad, la respuesta es, desde luego, no. No hay más ser no creado que Dios. Dios no tiene
contrario. Ningún ser podría alcanzar una "perfecta maldad"opuesta a la perfecta bondad de Dios,
ya que, una vez descartado todo lo bueno (inteligencia, voluntad, memoria, energía, y la existencia
misma), no quedaría nada de él.
La pregunta adecuada sería si creo en los diablos. Sí, creo. Es decir, creo en los ángeles, y creo que
algunos de ellos, abusando de su libre albedrío, se han enemistado con Dios y, en consecuencia, con
nosotros. A estosángeles podemos llamarles "diablos". No son de naturaleza diferente que los
ángeles buenos, pero su naturaleza es depravada. Diablo es lo contrario que ángel tan sólo como un
Hombre Malo es lo contrario que un Hombre Bueno. Satán, el cabecilla o dictador de los diablos, es
lo contrario no de Dios, sino del arcángel Miguel.
Creo esto no porque forme parte de mi credo religioso, sino porque es una demis opiniones. Mi
religión no se desmoronaría si se demostrase que esta opinión es infundada. Hasta que eso ocurra
—y es difícil conseguir pruebas negativas—, la mantendré. Me parece que explica muchas cosas.
Concuerda con el sentido llano de las Escrituras, con la tradición de la Cristiandad y con las
creencias de la mayor parte de los hombres de casi todas las épocas. Y no es incompatible...
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