El dardo en la palabra
Fernando Lázaro Carreter
Fernando Lázaro Carreter en esta obra se dedica a dar a conocer una serie de “dardos” que hacen evidente el mal estado general en que se encuentra la lengua española, las deficiencias en su enseñanza y las consecuentes transgresiones que se observan tanto en los medios de comunicación, como en el habla de los políticos o de otros personajespúblicos, que son quienes más responsabilidades tienen con respecto al lenguaje.
Para ser un buen periodista, por ejemplo, no basta con informar de veras y opinar solventemente; se precisa, además (quizá en primer término) tener un gran dominio del idioma y no, la alegría, rayana en juerga, con la que algunos medios de comunicación se toman hoy en día la lengua española. Y es que ha crecidodesmesuradamente el número de ciudadanos que viven de la palabra pública en los medios de difusión, profesionales que tratan de singularizarse y atraer la atención sobre sí. Suelen ser gentes inquietas, sin tiempo para perfeccionar la herramienta de la que viven, la palabra. Les obsesiona, por otra parte, ser más modernos que los demás y mostrarse superiores. El efecto de tal mezcla, ignorancia, alarde ysuperficialidad, recae sobre el lenguaje: ocurrencias, dislates, barbarismos… que enseguida se copian unos a otros. Considera que sobre un idioma tan movedizo no puede fundarse una cultura; y la cultura importa más para garantizar la existencia de un pueblo
moderno que un potente ejército, ya que en su opinión la pulcritud idiomática es esencial para el avance material, espiritual y político dela sociedad.
Por tanto, el autor realiza una crítica contra el uso ignorante de nuestro idioma, contra los que imaginan que una palabra quiere decir algo cuando en realidad no es así, contra los que desalojan el significado castellano para hacer decir a los vocablos lo que no dicen, contra los tics necios, contra quienes se calzan un lenguaje pretencioso o extranjero para exhibir una estaturamental que no tienen o para no ser entendidos… Cierto es que “quien tiene boca se equivoca”, pero esto no puede servir de burladero a quienes no se equivocan, sino que ignoran.
(1) El neologismo, no solo es inevitable, sino que es imprescindible, ya que en ocasiones la sociedad necesita designar cosas y acciones que ha ido incorporando a su modo de pensar y de vivir. Ni los más recalcitrantespuristas se han negado nunca a la introducción de neologismos necesarios, concediendo que deben admitirse aquellas palabras que carezcan de equivalente en castellano, y cuyo uso sea imprescindible en virtud de nuevas necesidades. No es malo acudir a otros idiomas que dispongan de piezas que a nosotros nos faltan, sin posibilidad de construirlas. Negar la entrada de términos extranjeros a nuestro léxicosolo conlleva a la pobreza y miseria de nuestra propia lengua. Esto, no implica que puedan introducirse incorrectamente,
respaldadas por el tópico “¡que mas da, si nos entendemos!” Lo malo, lo pésimo, es introducir palabras extranjeras para designar algo que en español ya exista un vocablo que funcione bien. Los hablantes sensibles y de fina inteligencia, como deben ser quienes habitan las cimaspolíticas, por ejemplo, hablarían mejor si en lugar de refugiarse en palabras extranjeras acudieran a la manera de hablar de su propio pueblo.
Ejemplos:
Rótulos extranjeros: “dog&car”, “hairdresser”, “woman secret”… Cada vez son más los negocios con nombre extranjero debido a su poderosa fuerza atractiva. El autor considera que quienes decidieran poner un nombre extranjero a su negocio en lugarde un nombre nacional deberían “pagar un precio” por menospreciar a la nación.
“A nivel (de)” del inglés “level” (rango). “Asunto debatido a nivel de ministros”/”Asunto debatido entre ministros”.
“Singladura” del francés “singler” (navegar). Es la distancia recorrida por una nave en 24h. Cada día se utiliza con mayor frecuencia el término singladura en actos de toma de posesión. Se hace...
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