EL HABITAR DESDE HEIDEGGER, BOLLNOW Y BACHELARD

EL HABITAR DESDE HEIDEGGER, BOLLNOW Y BACHELARD

Martin Heidegger no duda en aseverar que no todas las construcciones son moradas, ni todo morar es habitar. En últimas ésta es el objetivo del construir, pero sólo se alcanza al decir del filósofo cuando se piensa y se construye para tal fin; por ello se impone la necesidad de considerar otras connotaciones que escapan a la reducción del“habitar” a un simple fenómeno de residir o de “estar”.
Una cosa es hablar de nuestra casa y otra de nuestra “vivienda”; la “casa” puede referirse a aquel “lugar” que convertimos en nuestro “espacio” (un lugar no es efectivamente un espacio, pero lo facilita en cuanto desencadena otros aconteceres). Los largos tramos de la vía se transforman para el camionero en su casa, pero no en su lugar de habitación.No obstante que la acepción de “lugar” esté atada emocionalmente al “espacio habitado”, también se puede hablar –de alguna manera- de “un lugar que se habita”, sin que para ello medie el espacio tangible. Gohete escribió: “Allí donde tú estás, se crea un sitio para mí. De igual forma diría Binswanger: “Los amantes crean su propia patria”. Es entonces esa afectividad e interacción que hacemos connuestros espacios, pero especialmente nuestra actividad de protección de él, y de construcción efectiva, el que le da la real connotación de hábitat.
De otra parte es necesario decir, que aunque el objetivo del construir es el habitar, ya en el proceso de pensar y construir se está habitando. Un ejemplo sencillo es el nido del ave, que es construido con un objetivo (aunque trazado por elinstinto) de servir de albergue a los huevos, luego al ave adulta que los empollará, para más tarde dar cabida a un proceso de incubación y recibir a unos polluelos que requerirán de diligentes cuidados hasta que puedan volar por sí solos. En el caso humano la “casa” se construye “pensada”, y son luego los fenómenos vivenciales donde se involucran emociones, cuidados, y la convivencia consciente con elmedio, los que la convertirán en “espacio habitado”. Víctor Dors en el prólogo de “Hombre y Espacio” (Otto Bollnow) sentencia: “Tenemos que estar en el mundo y la manera propia de hacerlo es habitarlo”.
En alemán el término “construir” (bauen) significa habitar, que a su vez es equivalente a permanecer o residir, pero estas acepciones están condicionadas por las consideraciones antes mencionadasy que tienen que ver con la forma de “ser y estar” del hombre en esa intención y praxis de construir, esto es, el “pensar para el habitar”. Queda aún más evidente esta premisa heideggeriana cuando habla de lo “habitual” como la inserción humana (con todo lo que implica serlo, especialmente la construcción de conciencia), a través de lo cual el hombre se reconoce como tal e identifica y respeta laexistencia de la naturaleza y todos los elementos que la componen y se alía con ella para labrarse un mejor “estar”, en lugar de intentar someterla o hacerla su súbdita.
No habitamos por el hecho de construir, sino que construimos porque “habitamos”, porque “estamos” y establecemos una dialéctica activa con nuestro entorno: “Soy en cuanto “habito”. En esa relación simbiótica entre el hombre y suentorno, aquél hace del medio una extensión material de su propio ser, y viceversa (por el mismo fenómeno en el que el hombre “transforma” su entorno). Cuando inventamos la rueda, ésta se convirtió en una extensión de nuestros pies, a su vez las herramientas se convirtieron en una extensión de nuestras manos, y cuando inventamos la vivienda ésta se convirtió en una extensión de nuestro propioser: el físico y el afectivo, pues, allí no sólo se albergan nuestros cuerpos y nos prodigamos intimidad y comodidad, sino que ella nos permite la relación y el mantenernos cercanos con nuestros más caros afectos (para el ser primitivo ello estaba representado en su familia, amigos, instrumentos de caza preferidos, etc.) incluso la caverna que fue simplemente “encontrada” por los trogloditas se...