El multiculturalismo y la xenofobia
El final del conflicto Este-Oeste, o de la confrontación ideológica capitalismo-comunista como eje de la alineación global, otorga mayor presencia y fuerza a conflictos y divisiones de otra naturaleza. Nacionalismos xenofóbicos, fundamentalismos religiosos y conflictos étnicos pasan a primer plano en la noticia, en la política nacional e internacional, y enen la preocupación de los pueblos. Por un lado se hacen visibles, y por el otro se recrudecen. El fin de los socialismos reales ha ido acompañado, tanto en la ex-Unión Soviética como en Europa Oriental, de nacionalismos fuertes que, de alguna manera, constituyen “deudas” culturales y políticas de larga data. Lamentablemente, estas dinámicas van acompañadas de luchas cruentas entre nacionesemergentes y revitaliza la “dimensión siniestra” de la afirmación identitaria, a saber, la discriminación racial e incluso los proyectos de “limpieza étnica”.
Además, la mayor afluencia de migrantes internacionales y fronterizos generan –o reviven- la xenofobia y los prejuicios raciales en los países receptores de Europa Occidental, lo cual se exacerba si en estos últimos aumenta el desempleo y se hacenmás deficitarios los servicos sociales básicos provistos por el Estado. Ante esta última situación, grandes contingentes de obreros poco calificados, jóvenes desocupados y dependientes de la subvención estatal tienden a levantar chivos expiatorios para responsabilizarlos de su propia situación: los extranjeros que disputan puestos de trabajo y los beneficios sociales del Estado de Bienestar. Unnacionalismo reactivo comienza a verse en países industrializados frente a grupos étnicos de otros países que llegan, a su vez, expulsados de sus lugares de origen por falta de oportunidades, o bien porque a su vez se refugian de situaciones de guerra que han padecido en sus países de origen. Las acciones de los jóvenes pro-nazis en Alemania constituyen un triste ejemplo. Nuevos y viejos fanatismosadquieren grandes dimensiones y generan situaciones incontrolables en regiones enteras. Algunos de ellos se ejercen desde el propio Estado, y la consecuencia más dramática de ello en los últimos años es el conjunto de genocidios sufridos por Bosnia, Timor Este, Ruanda y Kosovo.
Europa se ve hoy atravesada por dinámicas contrapuestas. De una parte la integración europea avanza en distintos ámbitosque reinscriben a sus habitantes en un marco ampliado de pertenencia, marcado por referentes simbólicos tan potentes como la moneda, la residencia jurídica y el derecho al trabajo. Pero al mismo tiempo las migraciones internas en Europa y su impacto sobre sociedades golpeadas por el desempleo, así como la fuerza de los regionalismos y sus identidades, coloca un signo de pregunta tanto sobre elproyecto de integración europea como sobre la convivencia entre identidades heterogéneas. A medida que la exclusión del mundo del trabajo golpea tanto a jóvenes nacionales como a migrantes de otros países y otras etnias, los primeros van rechazando a los segundos. Los valores de la tolerancia y la solidaridad social, tan caros al modelo de Estado de Bienestar y tan propicios para unmulticulturalismo proactivo, se estrellan contra el debilitamiento –material y simbólico- de ese mismo modelo de Estado-Nación.
Un síntoma inquietante de lo anterior es el aumento de sitios xenófobos y racistas en Internet. En junio pasado, el Centro Simon Wiesenthal con sede en Los Angeles, sostuvo que en 1995 había sólo un website que promovía el odio xenofóbico, y que en la actualidad existen más de 2.000.Para junio del presente año, sólo en Alemania, el número de páginas de la web de extrema derecha se había incrementado a 330, unas 10 veces más que hace cuatro años. Como en Europa, también en América Latina el uso de Internet también se ha utilizado para promover grupos xenófobos de tipo nazi. Este instrumento fue crucial en la preparación del congreso nazi que iba a tener lugar en Chile en abril...
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