H 21 Domingo Tiempo Ordinario A
EVANGELIO
+ Lectura del santo evangelio según san Mateo 16, 1320
Tu eres Pedro, y te daré las llaves del reino de los cielos.
En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus
discípulos:
«¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?»
Ellos contestaron: «Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremias o uno de los profetas.»
Él les preguntó:
«Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?»
Simón Pedro tomó la palabra y dijo:
«Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.»
Jesús le respondió:
«¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y
hueso, sino mi Padre que está en el cielo.
Ahora te digo yo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la
derrotará.
Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo,
y lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo.»
Y les mandó a los discípulos que no dijesen a nadie que él era el Mesías.
Palabra de Dios.
HOMILIA
20132014
24 de agosto de 2014
QUÉ DECIMOS NOSOTROS
También hoy nos dirige Jesús a los cristianos la misma pregunta que hizo un día a sus
discípulos: “Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?”. No nos pregunta solo para que nos
pronunciemos sobre su identidad misteriosa, sino también para que revisemos nuestra
relación con él. ¿Qué le podemos responder desde nuestras comunidades?
¿Conocemos cada vez mejor a Jesús, o lo tenemos “encerrado en nuestros viejos esquemas aburridos” de siempre? ¿Somos comunidades vivas, interesadas en poner a
Jesús en el centro de nuestra vida y de nuestras actividades, o vivimos estancados en la
rutina y la mediocridad?
¿Amamos a Jesús con pasión o se ha convertido para nosotros en un personaje gastado
al que seguimos invocando mientras en nuestro corazón va creciendo la indiferencia y el olvido? ¿Quienes se acercan a nuestras comunidades pueden sentir la fuerza y el
atractivo que tiene para nosotros?
¿No sentimos discípulos y discípulas de Jesús? ¿Estamos aprendiendo a vivir con su
estilo de vida en medio de la sociedad actual, o nos dejamos arrastrar por cualquier
reclamo más apetecible para nuestros intereses? ¿Nos da igual vivir de cualquier manera,
o hemos hecho de nuestra comunidad una escuela para aprender a vivir como Jesús? ¿Estamos aprendiendo a mirar la vida como la miraba Jesús? ¿Miramos desde nuestras
comunidades a los necesitados y excluidos con compasión y responsabilidad, o nos
encerramos en nuestras celebraciones, indiferentes al sufrimiento de los más desvalidos y
olvidados: los que fueron siempre los predilectos de Jesús?
¿Seguimos a Jesús colaborando con él en el proyecto humanizador del Padre, o seguimos pensando que lo más importante del cristianismo es preocuparnos
exclusivamente de nuestra salvación? ¿Estamos convencidos de que el modo de seguir a
Jesús es vivir cada día haciendo la vida más humana y más dichosa para todos?
¿Vivimos el domingo cristiano celebrando la resurrección de Jesús, u organizamos
nuestro fin de semana vacío de todo sentido cristiano? ¿Hemos aprendido a encontrar a Jesús en el silencio del corazón, o sentimos que nuestra fe se va apagando ahogada por
el ruido y el vacío que hay dentro de nosotros?
¿Creemos en Jesús resucitado que camina con nosotros lleno de vida? ¿Vivimos
acogiendo en nuestras comunidades la paz que nos dejó en herencia a sus seguidores?
¿Creemos que Jesús nos ama con un amor que nunca acabará? ¿Creemos en su fuerza renovadora? ¿Sabemos ser testigos del misterio de esperanza que llevamos dentro de
nosotros?
José Antonio Pagola
HOMILIA
20102011
21 de agosto de 2011
NUESTRO ÚNICO SEÑOR
"¿Quién decís que soy yo?".
Lo mismo que los primeros discípulos, también los
cristianos de hoy hemos de responder a Jesús para recordar de quién nos hemos fiado, a ...
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