H Sagrada Familia Jes s Mar a y Jos C
EVANGELIO
Los padres de Jesús lo encuentran en medio de los maestros.
+ Lectura del santo evangelio según san Lucas 2,4152
Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por las fiestas de Pascua.
Cuando Jesús cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus
padres.
Éstos, creyendo que estaba en la caravana, hicieron una jornada y se pusieron a buscarlo
entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén en su busca.
A los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros,
escuchándolos y haciéndoles preguntas; todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba.
Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre:
Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Mira que tu padre y yo te buscábamos angustiados.
Él les contestó:
¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?
Pero ellos no comprendieron lo que quería decir.
Él bajó con ellos a Nazaret y siguió bajo su autoridad. Su madre conservaba todo esto en su corazón.
Y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y los hombres.
Palabra de Dios.
HOMILIA
20122013
30 de diciembre de 2012
UNA FAMILIA DIFERENTE
Entre los católicos se defiende casi instintivamente el valor de la familia, pero no siempre
nos detenemos a reflexionar el contenido concreto de un proyecto familiar, entendido y vivido desde el Evangelio. ¿Cómo sería una familia inspirada en Jesús?
La familia, según él, tiene su origen en el misterio del Creador que atrae a la mujer y al varón
a ser "una sola carne", compartiendo su vida en una entrega mutua, animada por un amor
libre y gratuito. Esto es lo primero y decisivo. Esta experiencia amorosa de los padres puede
engendrar una familia sana. Siguiendo la llamada profunda de su amor, los padres se convierten en fuente de vida
nueva. Es su tarea más apasionante. La que puede dar una hondura y un horizonte nuevo a
su amor. La que puede consolidar para siempre su obra creadora en el mundo.
Los hijos son un regalo y una responsabilidad. Un reto difícil y una satisfacción incomparable. La actuación de Jesús, defendiendo siempre a los pequeños y abrazando y
bendiciendo a los niños, sugiere la actitud básica: cuidar la vida frágil de quienes comienzan
su andadura por este mundo. Nadie les podrá ofrecer nada mejor.
Una familia cristiana trata de vivir una experiencia original en medio de la sociedad actual,
indiferente y agnóstica: construir su hogar desde Jesús. "Donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos". Es Jesús quien alienta, sostiene y orienta la vida
sana de la familia.
El hogar se convierte entonces en un espacio privilegiado para vivir las experiencias más
básicas de la fe cristiana: la confianza en un Dios Bueno, amigo del ser humano; la atracción
por el estilo de vida de Jesús; el descubrimiento del proyecto de Dios, de construir un mundo más digno, justo y amable para todos. La lectura del Evangelio en familia es, para todo esto,
una experiencia decisiva.
En un hogar donde se le vive a Jesús con fe sencilla, pero con pasión grande, crece una
familia siempre acogedora, sensible al sufrimiento de los más necesitados, donde se
aprende a compartir y a comprometerse por un mundo más humano. Una familia que no se
encierra solo en sus intereses sino que vive abierta a la familia humana. Muchos padres viven hoy desbordados por diferentes problemas, y demasiado solos para
enfrentarse a su tarea. ¿No podrían recibir una ayuda más concreta y eficaz desde las
comunidades cristianas? A muchos padres creyentes les haría mucho bien encontrarse,
compartir sus inquietudes y apoyarse mutuamente. No es evangélico exigirles tareas ...
Regístrate para leer el documento completo.