I Love La Buena Publicidad

‘I love’ la (buena) publicidad

33 La periodista Ana Blanco, en el Telediario de TVE-1.
JUAN Fernández
Esta próxima Nochevieja será diferente en televisión. El rito de descubrir cuál es el
primeranuncio del año con los restos de uva bajando por el gaznate habrá pasado a la
historia en TVE. Se lo contaremos a los nietos. Aunque la emisora estatal ha prometido
que cumplirá hasta el último de suscompromisos comerciales --lo que prolongará la
presencia de intermedios a lo largo de algunas jornadas del 2010--, el fin de la
publicidad en la cadena pública ha sido fechado en el cambio de año. Elhito no alcanza
a la abolición de la esclavitud, pero casi: la medida ha sido vendida como un gran paso
hacia la liberación del ciudadano. Mosquea un detalle: nadie acaba de creerse del todo
quevayamos a alcanzar la felicidad cuando descubramos que ninguna marca de
lubricante se cuela entre el «adiós» de Ana Blanco en el Telediario y el «buenas
tardes» del chico de El tiempo. Una paga Nescafé nospondría más contentos.
A esta hora, lo único claro es que será raro. Se respira inquietud en el ambiente. ¿Qué
nos pondrán en el descanso de los partidos de la Champions? ¿Unos minutos musicales
contomas de los jardines del Pirulí? ¿Secuencias de España a vista de pájaro? ¿La carta
de ajuste? Será raro.
¿Será también liberador? Permítanme la reserva. La culpa de que el telespectador asocie
lapausa publicitaria a una tortura malaya se reparte a partes iguales entre las cadenas y
los publicistas. Unos, por abusar del tamaño de los intermedios hasta expulsar al
respetable a brazos del zapeo o ala cocina a pillar algo de comer (un efecto colateral de
los anuncios en el consumo jamás estudiado). Los otros, por fabricar unos espots que en
su mayoría son un tostón. Y eso que sus autores sellaman a sí mismos creativos. Menos
mal.
Es obvio que este tema no está bien resuelto. La gente no está harta de los espots: está
harta de la mala publicidad. La gritona, la ramplona, la que nos toma...