I Thought My Father Was God
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Paul Auster
Paul Auster invitó a los oyentes del
programa de radio en que
colaboraba a participar en un
proyecto inusual: enviar sus historias
verídicas, con el afán de construir un
retrato escrito de la vida de su país.
El
escritor
estadounidense
seleccionó, con su peculiar mirada,
ciento ochenta textos que fabulan
una realidad llena de coincidencias,
hallazgos ysituaciones tan absurdas
que parecen inventadas.
Creía que mi padre era Dios es una
antología www.nitropdf.com
de relatos reales y
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extraordinarios, una selección del
autor que es un reflejo de los temas
que recorren toda su obra, como el
azar, la coincidencia y lo insólito de
la vida cotidiana.
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Paul Auster
Paul Auster
Creía que mi
padre era Dios
Relatosverídicos de la vida
americana
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Paul Auster
ePub r1.0
P3lµdµ5 05.10.13
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Paul
Título Auster
original: I Thought my Father Was
God: And other true Tales from NPR’s
National Story Project
Paul Auster, 2001
Traducción: Cecilia Ceriani
Editor digital: P3lµdµ5
ePub base r1.0
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Paul Auster
Agradecimientos
Agradezco
profundamente
a
las
siguientespersonas su ayuda y apoyo:
Daniel Zwerdling, Jacki Lyden, Rebecca
Davis, Davar Ardalan, Walter Ray
Watson, Kitty Eisele, Marta Haywood y
Hannah Misol —todos ellos del
programa
Weekend
All
Things
Considered—, así como a Carol Mann,
Jennifer Barth y —en primer y en último
lugar y siempre— a Siri Hustvedt.
P. A.
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Paul Auster
Prólogo
Esto es algo que no entraba en mis
planes. El ProyectoNacional de Relatos
surgió por casualidad y, si no hubiese
sido por un comentario que hizo mi
mujer mientras cenábamos, hace ahora
dieciséis meses, la mayoría de los textos
que aparecen en este libro nunca se
habrían escrito. Fue en mayo de 1999, o
quizá en junio, y aquel mismo día la
Radio Pública Nacional me había hecho
una entrevista a raíz de mi última
novela. Al término de nuestraconversación, Daniel Zwerdling, el
presentador www.nitropdf.com
del programa Weekend All
Paul Auster
Things Considered, me preguntó si me
interesaría colaborar regularmente con
ellos. Yo ni siquiera le veía la cara
mientras me hacía su propuesta porque
me encontraba en el estudio de la RPN,
en la Segunda Avenida de Nueva York,
mientras él estaba en Washington, D. C.
Durante los veinte o treinta minutosanteriores habíamos estado conversando
a través de micrófonos y auriculares,
gracias a una maravilla tecnológica
conocida como fibra óptica. Le pregunté
qué era lo que tenía en mente y me
contestó que no lo sabía con exactitud.
Tal vez yo podría acudir a la emisora de
radio, una vez
al mes, por ejemplo, y
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Paul Auster
leer algunos de mis cuentos.
No me interesaba. A duras penaslograba mantener el ritmo de mi propio
trabajo como para asumir la obligación
de escribir relatos por encargo. Pero,
por educación, dije que lo pensaría.
Fue Siri, mi mujer, quien le dio la
vuelta a todo. Aquella noche, cuando le
conté la curiosa proposición que me
había hecho la RPN, me sugirió
inmediatamente una alternativa que me
hizo cambiar de opinión. En cuestión de
segundos él no se convirtióen un sí.
No tienes por qué escribir los
relatos tú mismo, dijo. Haz que la gente
se siente y escriba
sus propias historias.
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Paul Auster
Podrían enviártelas y luego tú leerías las
mejores por la radio. Si se anima
suficiente gente, podría llegar a
convertirse
en
un
proyecto
extraordinario.
Así fue como nació el Proyecto
Nacional de Relatos. La idea fue de Siri.
Yo lo único quehice fue asumirla y
echar a correr.
A finales de septiembre, Zwerdling vino
a mi casa de Brooklyn con Rebecca
Davis, una de las productoras de
Weekend All Things Considered, y a
través de una nueva entrevista por la
radio hicimos público el proyecto. Les
pedí a los www.nitropdf.com
oyentes que enviaran sus
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relatos. Los relatos tenían que ser
verídicos y breves, pero no habría...
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