L.A.E.T.

La esencia verdadera
Se acercaba la fecha especial, los días comenzaban a ser más fríos cada vez,
Pepe sabía que esta navidad las cosas iban a cambiar para él
Había perdido lo que más quería en el mundo, su madre y solo le quedaba su abuela
Una señora de edad avanzada, cansada pero que tomaba fuerzas para poder cuidar de su pequeño tesoro su nieto pepe.
Su casa era fría, ya que la cubríanunas viejas láminas y las paredes frágiles que dejaban pasar el viento entre ellas, la casa de pepe era un cuarto pequeño con una cama donde dormía su abuelita y un pequeño catre donde dormía él a su lado, una parrilla y una mesa café con dos banquitos, quizá la casa era humilde pero estaba llena de paz y amor que existía entre ellos
Pepe apenas llegaba a los ocho años, asistía a la escuela por lamañana y por las tardes trabajaba vendiendo panques que su abuelita preparaba durante el día, esos panqués eran los mejores del mundo su olor era delicioso y que decir del sabor a canela que era algo especial.
Todas las tardes Pepe corría afuera de la iglesia con su canasto para hacer la venta del día, al terminar la misa de las seis de la tarde.
Mucha gente conocía a Pepe y ya se acercaban acomprar panques, pero a la señora Virrueta le causaba tanta ternura, que todos los domingos se acercaba a comprar un panque solo para ver a Pepe, y ahí se quedaba un momento a observarlo y después se iba. Al terminar la venta, el pequeño corría a su casa con su abuelita y le entregaba el dinero que recaudaba.
Pepe estaba muy entusiasmado, contaba los días para que llegara la navidad, pensaba enecharle muchas ganas a la venta para poder comprar un pollo rostizado que todos los días veía en la tienda de don Toño, pensaba en lo feliz que iban a pasar ésta fecha él y su abuelita, cada que pasaba por ahí saboreaba los pollos que daban vuelta y en su bolsillo ya faltaba solo un poco para poder comprarlo. Iba a ser una gran sorpresa para “mamita” como llamaba a su abuela.
Todas las nochesantes de irse a la cama Pepe y “mamita” tomaban un jarro de avena con canela con un bolillo remojado, era el mejor, finalmente hacían una oración y platicaban hasta que “mamita” se quedaba dormida.
Un día, Pepe se levantó como todos los días , pero algo raro estaba pasando, “mamita” se había quedado dormida porque no estaba su agua puesta para bañarse, como todos los días, tampoco su jarro deavena en la mesa.
-¿Qué extraño? dijo Pepe y comenzó a hablarle a su abuelita, pero su abuelita no se movía
-“Mamita, mamita, no me dejes solo por favor, pero mamita ya no le contestó nunca a Pepe.
Pepe estuvo mucho tiempo llorando a un lado de su querida abuelita, ya casi llegando la hora de irse a vender panquecitos, Pepe salió a la Iglesia como todos los días pero esta vez no llevaba sucanasta, camino allá Pepe observaba a la gente que estaba muy feliz porque ese día era muy especial era Noche Buena, observaba a los niños felices tomados de la mano de sus padres, comprando muchos regalos.
Pepe estaba muy triste no sabía que hacer ni adónde ir, no podía parar de llorar, pensaba en que iba a hacer si no tenía a nadie más.
Llegó hasta la Iglesia y se sentó en el piso a un costadode la puerta, la gente pasaba y solo lo veían, invadidos de la felicidad por ser Noche Buena nadie le tomaba atención al pequeño que estaba destrozado por dentro, sentado con las piernas encogidas Pepe tenía mucho frío solo traía consigo un pantalón viejo de mezclilla y un suéter deshilado color rojo, pero a él no le importaba más nada, pasaron las horas y nadie se había percatado del pequeño, quese paralizaba cada segundo de frío, Pepe perdió la razón y se quedó como dormido, casi sin aliento y sin esperanza. Quizá para Pepe esa noche lo mejor que le hubiera pasado era morirse, para ya no sufrir y estar con las personas que ama.
En ese momento, como un ángel llegó la Sra. Virrueta, sin pensarlo, se quitó el abrigo, lo tomó entre sus brazos y lo abrazó con la ternura y el amor de una...