M. Night Shyamalan
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En el transcurso de esta década la mayor parte del cine fantástico se ha decantado por dos opciones claramente opuestas: la recreación de mundos totalmente imaginarios e imposibles (no hace falta mencionar sagas tan archiconocidas como las de El señor de los anillos y los mil y uno Harry Potters, por ejemplo) o la integración del elemento fantástico en un reconocibleentorno cotidiano. De ahí la proliferación de falsos documentales con trasfondo fantástico, como Monstruoso, Rec o Big Man Japan, y el punto de vista tan cercano de filmes como La guerra de los mundos y Hancock. Esta segunda tendencia se debe, con toda seguridad, a una serie de factores que se escapan de lo estrictamente cinematográfico (la repercusión mediática del 11-S, los avancestecnológicos…) pero también se nos antoja como un efecto evidente, en mayor o menor medida, del impacto que ha causado la obra de uno de los directores más influyentes del momento. Estamos hablando de M. Night Shyamalan.
Si hay algo de lo que no se puede acusar al director de origen hindú es de falta de coherencia, su filmografía se caracteriza principalmente por el tratamiento realista que ha dado a losgrandes temas del cine fantástico de todos los tiempos. De ahí que encontremos en sus películas a fantasmas, superhéroes, marcianos, bosques encantados, sirenas o como es el último caso, una catástrofe planetaria. Su aproximación al fenómeno fantástico surge, y esto se hace cada vez más evidente, desde la reflexión y el escrupuloso distanciamiento, un hecho que no siempre juega a su favor. La ocasiónen que el director se ha mostrado más proclive a impregnarse del género, que lo ha tratado más de tú a tú y sin meter de por medio a elaborados juegos metalingüísticos, ha sido cuando el resultado ha brillado con más intensidad, El sexto sentido habla por sí sola.
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Pero Shyamalan existía antes de El sexto sentido, y la prueba de ello es Los primeros amigos (1998), uno de los doslargometrajes que el director realizó antes de despegar comercialmente y el único estrenado en nuestro país, aunque de forma prácticamente inadvertida. La película es un cuento iniciático donde un niño de 10 años, tras la muerte de su abuelo, emprende su personal búsqueda de Dios, en lo que podríamos llamar un viaje de autoconocimiento de lo más cursi. El encuentro de Shyamalan con Rosie O’Donnell nopresagiaba nada bueno, y más sabiendo que la actriz interpreta a una monja enrollada, el tipo de papel que interpreta siempre, le veamos o no el hábito. La cinta, de corte claramente dramático, efectúa leves escapadas al fantástico sin moverse del encorsetado cine familiar, descubriéndose como un filme mediocre e infantil, realizado con oficio, eso sí, pero donde la historia resulta simplona,aburrida y no apta para diabéticos. La narración es episódica y no es casualidad que un capítulo se titule Señales, ya que elementos como la crisis de fe, el tono evangelizador y el anti climático cierre final, nos remiten directamente a lo peor de esa película.
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Tras rodar esta comedia dramática, Shyamalan se unió a los productores habituales de Spielberg, director con el que siente unagran afinidad, para filmar una historia de fantasmas que le abriría las puertas del Olimpo de Hollywood. El sexto sentido (1999) fue uno de los mayores taquillazos de su momento y en ella se pueden encontrar ya la mayor parte de convencionalismos que darían una fuerte impronta personal a su cine: el realismo, el suspense, la introducción gradual del elemento sobrenatural, la inquietante atmósfera,las tensiones narrativas y, cómo no, el consabido final sorpresa. La cinta, además de estar repleta de multitud de pequeños detalles que la engrandecen, como ese primer plano de la huella de Cole en la mesa, o esa magnífica escena en que Malcolm dice poder adivinar lo que piensa Cole, resulta tremendamente efectiva y funcional. Puro cine de suspense con escenas de gran calado terrorífico....
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