M S ALLA DEL ECLAVO

“MÁS ALLA DEL ECLAVO
CONVERSACIONES CON MI GUIA”


Desde aquél entonces, los días habían transcurrido desmesuradamente e incluso el invierno había muerto dando paso a la primavera. La tesis de la chica había terminado siendo una de las más aceptadas y recomendadas en el campus de su universidad; los maestros le habían felicitado reconociendo el profundo trabajo que contenía aquel texto hechocasi por un genio.
 
Por su parte, William aún yacía oculto entre sus libros, encerrado como los criminales detrás de cuatro bardas compuestas por su amada biblioteca. Componiendo poemas y cogiendo su diario en el cual había escrito sobre todas las páginas en la parte inferior izquierda la siguiente frase: “la libertad es incompatible con el amor. Un amante es y será siempre un esclavo”.
 
Largo ratofue que la hermosa Liliana había desaparecido acortando sus visitas a la vieja biblioteca, por lo que el pobre muchacho convalecía de tristeza, llevando a diario la seca esperanza de volverle a ver; temía que ella jamás regresara ya que su laboriosa tesis había terminado. Lo más lógico era suponer que no lo haría puesto que una chica de mundo, tan bella, tan perfecta y de perfil estético no podíapermanecer al lóbrego mundo de los amantes de libros. Le dolía admitir que su mundo no fuera el de ella, pero debía aceptar la cruda realidad puesto que sería estúpido pensar que un ángel rechazase a sus propias alas.
 
Liliana su musa a leguas no soportaba el dulce sopor que desprenden los libros, ella amaba la belleza pero una belleza distinta al que él concebía como tal, el arte lo veía ellacomo cosa sin futuro, prefería saber de moda, de mundo, en resumen del absurdo sistema por lo que hoy se conoce como popularidad. Todo eso le separaba de sus ojos al igual que el de su corazón lleno de vanidad, era duro admitirlo pero preferible aceptarlo. Lo conveniente era dejarle ir, olvidarse de lo que no podría ser y decir adiós justo como lo dice aquella frase: Te digo adiós para toda lavida, aunque toda la vida siga pensando en ti...
 
Transcurrió de repente un mes y todo seguía igual, ella no daba señales de vida justo como se lo había previsto. Afortunadamente William lo había podido confrontar aunque le doliera en lo más profundo de su alma. La imaginación era su único consuelo y el portal por el cual podía seguir viéndola; hoy como ayer imaginaba verla de nuevo, como se leapareció por primera vez, cuando aquél penoso accidente le había disparado directo entre sus brazos. Su amor podía revivir aquellos momentos lejanos del pasado, ya que la amaba más que a la belleza, que a la poesía e incluso que a la literatura misma.
 
Sin embargo, aquella mañana ella se presentó nuevamente con el pretexto de ir a saludarle, pues a pesar de todo él había sido el genio que le habíadado vida a su obra.
 
– ¿Liliana eres realmente tú? –pregunto el escuálido chico tallándose los ojos como no creyendo lo que veía.
– ¡Por supuesto!, ¿quién podría ser tan perfecta o similar que yo? –dijo en el momento que se sentaba a su lado.
 
– ¿Cómo has estado, qué has hecho durante este tiempo? –le pregunto William sintiendo como su corazón se estremecía de gozo al volver a verle.
 
– Heviajado, mi padre me recompensó por el excelente trabajo que presente en la universidad, he conocido demasiadas personas del medio al igual que he comprado media docena de cosas por toda Europa –cuando ella hablaba William contemplaba discretamente su blanquecino rostro, ese que se desbordaba de ternura plasmada sobre sus vividas mejillas. Al verla no le cabía la menor duda que la amaba, ella lograbacurar con su dulzura de su voz la melancolía de su corazón, de su soledad, de su miedo; en resumen de toda su personalidad alejada del mundo al que tanto temía. Sin duda estos eran los efectos de los que leyó en aquél libro del loco enamorado, donde decía, que la terrible locura es aquella que pone entre sus víctimas a la pasión desmesurada.
 
– Bueno yo ya te comente algo de mí –le dijo la chica...