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n algún punto, este andar liviano por la vida puede verse como un modelo de desapego de los bienes materiales y de convivencia con valores existenciales más profundos, pero sin embargo, nada parece indicarnos que ésa seala causa de la liviandad de vida de nuestro protagonista.
¿Y cuál es el glamoroso quehacer de Bingham que lo hace viajar tanto? La consultora para la cual él trabaja se ocupa de hacer “el trabajo sucio” de las áreas de RRHH en épocas de crisis: echar gente. Este modelo consiste en que una compañía que quiere reducir personal y desea evitar a los jefes que quedan adentro, el duro momento de tenerque decirles a sus colaboradores que están fuera, pueda terciarizar todo el proceso de despidos. Ryan Bingham es uno de los que ejecuta esa desagradable tarea. No lo hace con placer ni con desgano. Simplemente lo hace con eficiencia, sin problematizar su quehacer. La cámara nos muestra las reacciones emocionales de los empleados despedidos, y cómo el trabajo de Bingham consiste en minimizar estemomento, disminuir el malestar y “dorarles la píldora”, haciéndoles ver el despido como una bendición y no como un problema. El despido (o la desvinculación, para hablar con los eufemismos corporativos) es un momento clave en la vida de una persona, y puede ser cierto que –como dice alguna publicidad traduciendo significados muy profundos y muy presentes en las filosofías orientales, hoy a vecesdemasiado livianamente transmitidos vía lo New Age- es una circunstancia de cambio, de los tantos que la vida nos impone a veces, que no es buena ni mala en sí misma, sino sólo en función de la interpretación que le otorguemos. Y a veces puede ser el pasaje a un tramo mucho más rico y más significativo de la vida. Pero este mensaje, cuando es puesto en boca de funcionarios faltos de empatía, yreiterado como una fórmula en manuales del buen despedidor, se transforma en un cliché en el mejor de los casos, o en un mensaje insoportablemente cínico en el peor.
Hay una serie de críticos que proyectan en el personaje de Bingham una valorización negativa. Yo discrepo. Bingham disfruta viajar, y disfruta el poder que el millaje le otorga. Su familia de origen vive en un pueblo completamente perdidoy falto de glamour y es una familia de clase más bien trabajadora. Las millas le permiten crearse la falsa ilusión de importancia y aparecer en ambientes prestados que él cree que son propios. Hay un fuerte contraste entre su poderosa apariencia cuando la película nos lo muestra vistiéndose, preparando su liviano equipaje y atravesando inmune controles, colas y detectores de metales para llegaral asiento de primera clase, y lo que vemos en el casamiento de su hermana, en Omaha. Bingham tiene dos caras. Una es la de su personaje, su máscara, la que él elige mostrar. La otra, la de su familia, la oculta. No se caracteriza por ser un hermano presente. Las cargas familiares no son lo de él. ¿El trabajo sí? Sin embargo, nada nos dice que lo disfrute. Éste es sólo el vehículo para acceder aese mundo de poder. Simplemente, lo hace, y acepta ese triste rol a cambio de un glamour prestado.
¿Es por todo éso Ryan una mala persona? Hace elecciones a veces sobre algunos valores que no compartimos, pero Bingham no es ni más ni menos que todos nosotros, con sus luces y sus sombras, alguien que va por el mundo descubriéndose y aprendiendo algo de sí mismo en el camino. Quizás las facetas conlas que él elige identificarse y forjar su identidad pública no son las más simpáticas… pero en todo caso, ¿quien puede hablar de las propias con total orgullo, y desde qué lugar? Creo que el tono de la película no lo juzga.
Las contrafiguras femeninas son dos: En algún aeropuerto, Bingham se topa con Alex, su alter ego, una ejecutiva con la que parece compartir la visión del mundo y con la que...
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