N.a.d.a

Capítulo 1
El invierno ha llegado fuerte este año. El frío se cuela por las aberturas de mi amplia
chaqueta y me hace temblar. Es irónico que yo tenga frío, lo pienso todos los años.
Caminodeprisa para llegar a la sala. Hace días que no se habla más que de una cosa: la
reunión. Otra cosa que es irónica, ya que se supone que debería ser secreta.
Las reuniones son en una sala que se usabacomo almacén hasta que se derrumbó el
edificio de al lado y, como precaución, ahora se guardan los alimentos en otras partes. No
hay ningún tipo de decoración, solo muchas sillas, todas muy simples.Cuando entro veo que hay menos gente de la que imaginé, seremos treinta, los conozco
a todos y me junto con la mayoría. Supongo que por eso no hablamos de otra cosa...Me
siento en un asiento al ladode un chico de cabellos grises, pese a su juventud.
Extrañamente, no me suena de nada. Le sonrío pero él no me devuelve el gesto.
Antipático, pienso.
Aunque es cierto que no hay muchos motivos quenos hagan sonreír estos días. Las
muertes van aumentado, y el odio hacia nosotros ha crecido tanto que no podemos ni
acercarnos a su parte de la ciudad. Por suerte aún no nos han atacado en nuestroterritorio. Aunque me estoy helando, me quito el abrigo y lo cuelgo en en respaldo de la
silla. Está tan hecho polvo que me da vergüenza que me lo vean puesto, aunque ni los de
los demás ni la ropaque llevo debajo sean mucho mejores.
Pronto entra Sam. Su cabello rojo y esos ojos del mismo color se verían en la más pura
de las oscuridades. En lugar de asustarme siento que la adrenalina subepor mi cuerpo
cada vez que nuestras miradas se encuentran: no es rojo sangre sino rojo vida.
Que qué nos miremos los unos a los otros no nos afecte no tiene una explicación lógica,
pero nunca la hatenido que cuando miremos a los humanos durante mucho rato estos
mueran congelados, o de cualquier forma.
Nosotros no matamos humanos, no tenemos nada en su contra. Qué alguna vez ha
habido algún...