Nuevos catequistas para la nueva evangelización

Nuevos catequistas para la nueva evangelización
Ángel Castaño Félix
Profesor de la Universidad Eclesiástica San Dámaso

El título de esta intervención «Nuevos catequistas para la nueva evangelización», insiste en el carácter de novedad. Pero «nuevo» es aquí un adjetivo. En nuestro título, el sustantivo es «evangeli­zación». Es preciso que comencemos hablando de esta antes de reflexionarsobre la «novedad» a la que la Iglesia nos llama hoy. Debemos, pues, re­cordarnos a nosotros mismos qué es la evangelización. La Iglesia ha evan­gelizado siempre, desde el principio, como vemos con claridad en Hechos de los Apóstoles. Los Apóstoles fueron enviados por el Señor a evangeli­zar, a prolongar la misión que Él mismo recibe del Padre: anunciar el Evangelio del reino, que es la acción porexcelencia de la Iglesia.
La Iglesia existe y está en el mundo para anunciar el Evangelio. Si no lo hiciera, si dejara de hacerlo, sería no solo inútil, sino perniciosa. Si la Iglesia no anuncia el Evangelio, todo lo demás que pueda hacer será, en el fondo, dañino, porque traicionará justamente no solo lo que Dios espera, sino lo que el hombre más necesita y lo único que puede llevar su humani­dad asu plena dimensión: Jesucristo, Palabra del Padre.
La evangelización
Comenzamos recordando la definición de evangelización que hizo Pablo VI en la exhortación apostólica Evangelii nuntiandi (1975): «proceso total mediante el cual la Iglesia, movida por el Espíritu, anuncia al mundo el Evangelio del reino de Dios; da testimonio entre los hombre de la nueva manera de ser y de vivir que Élinaugura; educa en la fe a los que se con­vierten al Evangelio del reino; celebra, mediante los sacramentos, la pres­encia del Señor Jesús y el don del Espíritu; impregna y transforma con su fuerza todo el orden temporal». Pensémoslo en concreto, en el caso de un joven o adulto (pues en el caso de los niños el proceso es algo diferente): el proceso de su evangelización es en primer lugar un anuncioconcreto que le llega de cualquier modo (siempre de la «palabra» de salvación que proviene de la Iglesia, aunque esa palabra pueda ser «verbal» o pueda proceder de las obras) y que lo pone ante Jesucristo. En la medida en que ese anuncio toque su corazón, el hombre querrá saber más, querrá seguir el impulso interior: a través del anuncio, el Espíritu Santo siembra en ese hombre el interés y el afectopor el Evangelio. Es entonces cuando uno pide ser iniciado en la fe. Este momento implica una primera conversión.
Es entonces el momento de la catequesis. Si no se da ese primer momen­to de conversión, de estar dispuesto a conocer a Jesucristo, la catequesis será una mera enseñanza teórica, proceso que solo satisfará la curiosidad, pero no incidirá en la vida concreta ni en lo más hondo delcorazón. Será además inútil porque ese conocimiento meramente teórico no es realmente «verdadero» conocimiento de Dios, a quien solo se le puede conocer por el amor. Es posible que sea la propia catequesis la que propicie esa conver­sión, en algún momento del proceso, pero desde luego no es ese el camino ordinario. La catequesis debe estar siempre precedida (en el caso de los adultos) por el momentoprevio del primer anuncio y de la primera con­versión. Y cuando se detecta que no se ha dado, entonces será cuestión de pensar una pre-catequesis, un proceso kerygmático cuyo objetivo final sea precisamente el de la conversión.
La Iglesia anuncia el Evangelio también celebrando el misterio, en toda celebración litúrgica y, en particular, en los sacramentos. La iniciación en la vida litúrgica formaparte del proceso de evangelización que tiende a que el hombre pueda dar culto verdadero a Dios. La gracia de Dios que nos viene por los sacramentos en la Iglesia transforma el propio corazón y la vida y hace posible el testimonio y la actividad transformadora del mundo y de la sociedad.
Resumiendo, la evangelización es un proceso que abarca un arco am­plio de la vida de las personas. Y la...