O locura o santidad
Drama en tres actos y en prosa
José Echegaray
PERSONAJES
Don lorenzo de Avendaño.
Ángela.
Inés.
La duquesa de Almonte.
Eduardo.
Juana.
Don Tomás.
El doctor Bermúdez.
Braulio.
Benito.
Un criado.
La escena en Madrid, en casa de Don Lorenzo.
Al eminente actor Don Antonio Vico
Cumplo deber ineludible, ejerzo acto de justicia yprocuro dar público testimonio de cuánto admiro su gran talento y su inagotable inspiración dedicando a usted esta obra, que fué la elegida para su beneficio y en que a tal altura raya usted.
Usted, que, desde mi primer ensayo en El libro talonario, ha venido ganándome aplausos y triunfos; usted, que ha sido sucesivamente sobre la escena el Don Carlos de Quirós de La esposa del vengador, el Banquerode aquel epílogo de La última noche, el Fernando del drama En el puño de la espada, el Pablo de Cómo empieza y cómo acaba y el Lorenzo de O locura o santidad, bien merece (y es harto humilde recompensa, ya lo conozco, a cambio de tantos y tantos arranques sublimes, de tantos y tantos gritos desgarradores, de tantas maravillas de expresión) esta muestra de mi gratitud, de mi admiración y de miamistad.
José Echegaray.
Acto Primero
La escena representa el despacho de DON LORENZO; forma octógona. A la izquierda del espectador, y en primer término, una chimenea encendida; encima, un gran espejo de marco negro; en segundo término, una puerta. A la derecha, en primer término, otra puerta; en segundo término, una ventana. En el fondo, la puerta principal. En los dos chaflanes o ladosoblicuos del octógono, grandes estantes con libros. A la izquierda, una mesa de despacho con pupitre y sillón. A la derecha, un sofá. Sobre algunas sillas, sobre la mesa, en las repisas de los estantes y en las paredes, libros y objetos artísticos en confusión, pero sin que aparezca recargado el conjunto. El adorno, elegante y rico, pero de gusto muy severo: cortinajes y muebles oscuros. Es día deinvierno: la luz, muy escasa.
ESCENA I
DON LORENZO, sentado a la mesa y leyendo atentamente.
LORENZO.
«Las misericordias -respondió Don Quijote-, sobrina, son las que en este instante ha usado Dios conmigo, a quien, como dije, no las impiden mis pecados. Yo tengo juicio ya libre y claro, sin las sombras caliginosas de la ignorancia, que sobre él me puso mi amarga y continua leyenda de losdetestables libros de las caballerías. Ya conozco sus disparates y sus embelecos, y no me pesa sino que este desengaño ha llegado tan tarde, que no me deja tiempo para hacer alguna recompensa leyendo otros que sean luz del alma. Yo me siento, sobrina, a punto de muerte; querría hacerla de tal modo, que diese a entender que no había sido mi vida tan mala que dejase renombre de loco; que puesto quelo he sido, no querría confirmar esta verdad en mi muerte.» (Suspende la lectura y queda pensativo largo rato.) ¡Locura, luchar sin tregua ni reposo por la justicia en esta revuelta batalla de la vida, como luchaba en el mundo de sus imaginaciones el héroe inmortal del inmortal Cervantes! ¡Locura, amar con amor infinito, y sin alcanzarla jamás, la divina belleza, como él amaba a la Dulcinea desus apasionados deseos! ¡Locura, ir con el alma tras lo ideal por el áspero y prosaico camino de las realidades humanas, que es tanto como correr tras una estrella del cielo por entre peñascales y abrojos! Locura es, según afirman los doctores; mas tan inofensiva, y, por lo visto, tan poco contagiosa, que para atajarla no hemos menester otro Quijote. (Pausa. Después se levanta, viene al centro delescenario, y de nuevo se queda pensativo.)
ESCENA II
DON LORENZO, ÁNGELA y DON TOMÁS. Los dos últimos se detienen en la puerta de la derecha, primer término, y desde allí, medio ocultos por el cortinaje, observan a DON LORENZO. Este, en el centro y volviéndoles la espalda.
ÁNGELA.
¿Lo ve usted? Como siempre: leyendo y pensando.
TOMÁS.
Ángela, su esposo de usted es todo un sabio; pero...
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