Q Maricada
La Biblioteca
Roberto Incer Barquero
del Banco Central
de Nicaragua
y La Academia
Nicaragüense de la Lengua
tienen el agrado
de invitar a usted al panel:
“Rubén Darío,
¿homosexual?”
(A propósito de la más recientediatriba contra Rubén Darío)
Hay que ser comprensivos: la honra del país centroamericano había sido herida en lo más hondo, y el citado panel fue la explosión natural. Allí nadie menos que Jorge Eduardo Arellano, el director de la Academia de la Lengua local, afirmó que: “Nicaragua no ha producido un solo intelectual homosexual, sino uno que otro artista plástico con esta tendencia”. Exageraba unpelín el arrebatado académico al echar la culpa tan sólo a los pintores, pero quién repara en exageraciones cuando su deber es lidiar con lo que El Nuevo Diario denominó: “Una embestida comercial y escupitajo contra Darío”. Citemos, in extenso, al aguerrido periódico sandinista:
Una encuesta realizada por El Nuevo Diario en distintos sectores de la capital comprobó que los nicaragüenses y algunosextranjeros colocan la genialidad literaria de Darío sobre sus preferencias sexuales...
Según los encuestados, de no tomarse medidas: “Esto podría afectar a los niños en el colegio, porque los maestros que no dominan el tema lo asumirán como cierto y confundirían a los alumnos”.
Con toda la vergüenza del caso debemos manifestar que el autor que tan recias salvas suscitaba desde Managua esun colega: Blas Matamoro, director de la prestigiosa revista Cuadernos Hispanoamericanos, publicación que nos llega todos los meses desde Madrid, donde lamentamos informar a los coléricos nicas que reside el infractor. El pecado en el que incurrió Blas para merecer la ira nica (o pinolera, si se quiere usar el gentilicio de guerra que les gusta a nuestros amigos centroamericanos, tan aficionados alreformismo cartográfico) consisitió, como de costumbre, en escribir un libro. Se trata de una nueva biografía de Rubén Darío, poeta entre poetas, padre del modernismo que echó a andar la literatura latinoamericana.
El veterano colega no es, por supuesto, inocente. En su biografía, como buen argentino, abrió juego por las esquinas del campo. Citemos, también in extenso, algunos apartes de lomás álgido del texto polémico, tomados de un capítulo titulado (al menos por el periódico Página/12) “Arte y mariconería”:
Aparte de la insistente aparición de la mujer en la literatura rubeniana... no se debe olvidar que, en general, es el modernismo una retórica y una estética, si se admiten los tópicos, muy cargadas de feminidad. El enmascaramiento, la disimulación, el subterfugio, elcircunloquio, el gusto por lo decorativo y lo superfluo, la escala de apreciación basada en el atuendo, la importancia de los espacios cerrados e interiores, el refinamiento de las referencias materiales, la delicadeza del tono empleado, todo ello apunta hacia una percepción mujeril de las cosas... [En fin], la sensibilidad modernista era manflorita y maricona.
No es todo. El colega sigue:
En elentorno del poeta no hubo militares, salvo los dictadores del caso, ni él se entrenó, como sí lo hacía Lugones, en el boxeo y la esgrima, ni prestó el menor servicio a ningún ejército. Aparte de sus compañeros de pluma, sus acólitos y los funcionarios pertinentes, se valió de secretarios, taquígrafos y cobradores. De ellos recuerdo al español Mariano Miguel del Val, amigo personal de Alfonso XIII,...
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