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Algunos han interpretado el ataque a Charlie Hebdo y el supermercado judío como una respuesta cruenta e injustificada a otro tipo de violencia: la de las potencias occidentales contra los pueblos árabes y mayoritariamente musulmanes. Han acusado a Charlie Hebdo de que, bajo la excusa de la libertad de expresión y la laicidad, hay una ideología racista y colonialista, y que eso les impideidentificarse con el lema “Je suis Charlie”. A mi modo de ver, ese punto de vista es equivocado porque confunde la libertad de conciencia como derecho con los contenidos particulares de la conciencia. He tratado de explicarlo en “Por qué sí soy Charlie”.
Otros han ido por otros derroteros distintos pero que también acaban diciendo que Charlie Hebdo ha provocado de algún modo lo ocurrido: noacusan a Charlie Hebdo de complicidad con las potencias occidentales en sus políticas asesinas hacia los países árabes, sino que le reprochan que han sobrepasado los límites legítimos de la libertad de expresión con sus viñetas. Afirman que han ofendido los sentimientos religiosos de los musulmanes, y que si bien eso no justifica en ningún sentido el asesinato, sí que lo “contextualiza” para“entenderlo”. Así pueden interpretarse las polémicas declaraciones de Jorge Mario Bergoglio, alias Francisco I y papa de la iglesia católica cuando ha dicho:
“En cuanto a la libertad de expresión: cada persona no solo tiene la libertad, sino la obligación de decir lo que piensa para apoyar el bien común (…) Pero sin ofender, porque es cierto que no se puede reaccionar con violencia, pero si el doctorGasbarri [organizador de los viajes papales], que es un gran amigo, dice una grosería contra mi mamá, le espera un puñetazo. No se puede provocar, no se puede insultar la fe de los demás (...) Hay mucha gente que habla mal, que se burla de la religión de los demás. Estas personas provocan y puede suceder lo que le sucedería al doctor Gasbarri si dijera algo contra mi mamá”.
Incurre elpapa en lo mismo que decíamos antes: introduce un pero que es ahora el de la provocación contra la religión. Charlie Hebdo no se merecía el atentado, pero en cierto modo es comprensible por sus provocaciones. Como diciendo: si no hubiera provocado, no le habría pasado eso. Pero estas declaraciones son horribles. No ya porque resulte cuanto menos sorprendente que el máximo líder de la iglesia católicahaya olvidado el pasaje de Mateo 5, 39 sobre poner la otra mejilla y haya reintroducido el de ojo por ojo, sino porque su analogía es totalmente incorrecta y sus consecuencias terribles.
Bergoglio compara el terrorismo religioso ante unas viñetas ofensivas con la religión con un puñetazo contra quien dice algo injurioso de la madre de otro. Pero la analogía no se sostiene por ningún sitio.Bergoglio lleva razón en que, ante unos insultos a la propia madre, es probable y normal una reacción airada como podría ser un puñetazo. Pero dicha reacción es comprensible en tanto que espontánea, instintiva y emocional, es una reacción del momento, irreflexiva, casi mecánica. Sin embargo, el terrorismo religioso no es nada de eso. La comisión de un atentado es algo premeditado, reflexionado,...
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